Hay que “recuperar la
memoria histórica”, oiga. Como recordarán, todos los años se celebraba en el
pueblecito de Rodiezmo (León), la fiesta político-sindical socialista con el
ferial de siempre: pañuelos rojos, puños en alto, canto de La Internacional,
saludos, parabienes, sonrisas, etc. Pero de solucionar los gordísimos problemas
que había en aquellos tiempos del “zapaterato” y del “gonzalato”, cada de la
vaca flaca. Con nombrar y recordar a Pablo Iglesias Posse, fundador del PSOE,
estaba todo arreglado.
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A este gobierno de ineptos que tenemos, no se le ocurre “las palabras” que
en su día dijo el presidente de los EE.UU., Barack Obama, a los estudiantes
norteamericanos. Más que decirles, les pidió que se esforzasen y se aplicasen
en sus estudios, que no faltasen a clase, que “asumieran sus
responsabilidades”, que escuchasen y “atendiesen a los profesores, padres,
abuelos y adultos y que trabajasen duro para lograr el éxito”. También dijo que
sin el esfuerzo personal de los educandos, no serviría para nada que el
profesorado fuese de primera calidad, o que el material escolar fuese el mejor
posible.
Seguro que ustedes ya habrán sacado el correspondiente corolario, ¿verdad? ¡Sí,
sí, igual que el “programa” de su “Sanchidad”, oiga. Aquí con levantar el puño,
ponerse un pañuelo rojo al cuello y cantar la Internacional, está todo
resuelto. Como en los tiempos de Rodiezmo.
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Y seguimos “recuperando la memoria histórica”, en este caso la del
cuentista Zapatero.
Recordarán que este sujeto aprobó en su día una televisión de pago para que se
beneficiasen sus amigos, obligando al “pueblo soberano” a sustituir el
artilugio llamado TDT por otro. Como se dijo en su día, esta medida ponía fin a
“20 años de monopolio”, por lo que los españoles deberían de “estar
enhorabuena”. Pero, ¿no fueron los socialistas quienes crearon tal monopolio
hace casi cuarenta años durante el “gonzalato?
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No cabe duda de que este sujeto Zapatero, era, y es, un cuentista. Así queda
reflejado en el siguiente chascarrillo. Paseando Zapatero se encuentra con
Jaimito y le pregunta: “¿Tú no eres Jaimito el de los cuentos?” A lo que el
muchacho le responde: “No, yo soy el de los chistes. El de los cuentos eres
tú”.
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