Los de la internacional
de la mentira, del odio y del terror, nada dicen sobre el nefasto gobierno que
tenemos ahora. Del desastre económico que se avecina, ni mu. Se están comiendo
las reservas del erario público, despilfarrando por aquí y por allá. Pero,
claro, hay una opción, oiga: meter la mano en el bolsillo y en la cartera
de los contribuyentes, como si de un auténtico acoso tributario se tratase,
trincando dinero para dar unas migajas a sus cautivos votantes. El “gran
timonel” así lo ve.
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Nosotros nos
preguntamos: ¿por qué no se reducen los gastos del sector público, gran
captador de votos? ¿Por qué no se reducen, asimismo, los enormes gastos
de las televisiones?
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¿Y qué me dicen de los aristócratas sindicales que viven a costa del erario
público? ¿Por qué no se les saca de los presupuestos estatales y dejarles que
vivan de sus cuotas de afiliados?
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¿Y qué decir de la “funcionariada” en ministerios, autonomías, diputaciones,
ayuntamientos, etc.? Desde aquí les damos un consejo: cuiden la vista, porque
pueden quedarse bizcos mirando horas y horas la pantalla del ordenador y del
teléfono móvil. Conocemos casos de esta “funcionariada” que se pasan muchas
horas delante del ordenador entrando en páginas de juego durante el tiempo de
trabajo. Lo público es lo público, oiga.
Continuará.
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