Como ya sabrán, el Congreso de Diputados ha aprobado recientemente una ley denominada Régimen Jurídico de los animales. Sus señorías, señoríos y “señoríes” se han quedado tan anchos porque hay que perseguir el bienestar y protección de los animales ¿Y el bienestar de las personas?
Nos gustaría saber si a tal protección y bienestar
tendrían derecho, por poner un ejemplo, un puñado de avispas ubicadas en las
interioridades del bajo vientre, o en el tabalario ¿Habrá que dejarlas que
piquen y piquen? ¿Se acabarán las cazas de perdices, de codornices, de liebres
y de aves? ¿Se permitirá que una paloma defeque y mee los vasos y platos de una
terraza de una cafetería, bar, restaurante, etc? ¿Se permitirá también que un
cocodrilo hiera o mate a personas dando coletazos?
Por otra parte, ¿qué harán con los osos y jabalíes,
que están bajando de los montes en busca de alimentos, no guardando colas,
esparciéndose por fincas e incluso por carreteras? Si se aplica dicha ley,
¿habrá que convencerles de forma amigable, cariñosa, cordial, afectuosa y
tierna, para que regresen a sus “domicilios”? Sospechamos que el zarpazo está
servido . . . aunque bueno, a lo mejor, se convierten en “okupas”, oiga.
Estamos de acuerdo en que hay que proteger a los
animales, pero a todos, incluso a los de dos patas. Lo que subyace en este
asunto, como siempre, es propaganda politiquera, populismo, demagogia y
logomaquia.
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