Marxismo:
fanatismo y tiranía
El culto absurdo que se rinde al
marxismo (culto de dulía y de hiperdulía), unido a la superstición y fanatismo
de esta “religión”, con su doctrina inmutable, obsoleta, añeja y trasnochada,
que condena a todo lo que sea opuesto a sus principios y que, pedantemente
también, condena como errores de la razón a todas aquellas verdades
archirreconocidas y sobradamente demostradas por la realidad que vayan en
contra de sus dogmas, pues eso, a pesar de todo esto, aún el marxismo tiene
cierto predicamento en parte del mundo.
La gente no piensa, o no quiere saber,
cómo funciona el marxismo en la realidad. Vamos a esbozar un pequeño decálogo
de tal funcionamiento.
1º).- Tiene un verdadero horror a la
libre discusión de ideas, al libre desarrollo de la literatura y del arte.
Persigue de forma “gramsciana” el adoctrinamiento escolar y el monopolio de los
medios de comunicación: prensa, radio, televisión, cuentos infantiles, libros
de texto, etc. El ardor fanático de esta doctrina, mata el alma del individuo.
2º).- La hipocresía es tal, que lo hace
aparecer ante el mundo como bondadoso, caritativo, amable, tolerante, etc,
cuando en realidad es precisamente todo lo contrario: es sembrador de
discrepancias (aunque luego en el poder no las admita), es lanzador de
combustible en la hoguera de las discordias humanas, provocador de guerras,
instigador de odios. Todo esto lo hace para conseguir el triunfo de su
“religión”, sin importarle el exterminio de personas y causar ruina de los pueblos.
A pesar de esto, hablan de solidaridad y amor entre los pueblos ¡Qué horrible
sarcasmo!.
3º).- Los fámulos del marxismo se
vuelven catatónicos contra todo los razonamientos que derrumban sus teorías, e
intentan dar explicaciones “científicas” a todo el desbarajuste de sus ideas.
4º).- Todo aquello que no esté conforme
con sus razonamientos, no es verdad y lo tachan de irracional denominándolo “indignas supercherías y antojos de cerebros
delirantes”.
5º).- Con libros estultos y vulgares,
pretenden cambiar y modificar hechos pasados históricos, pero no se dan cuenta
que la verdad no se abate tan fácilmente.
6º).- Declaman cosas de memoria,
hilvanando párrafos y más párrafos con una hábil selección de tópicos y lugares
comunes, con argumentos de relumbrón, pero sin base empírica alguna.
7º).- Con singular destreza formulan
frases y expresiones tendenciosas y exageradas de las costumbres del mundo
capitalista. El amontonamiento de tales frases y expresiones tienden a provocar
en el lector la convicción absoluta de que el capitalismo domina injustamente
todos los ámbitos de la sociedad y tiende, también, dicho amontonamiento, a
excitar el odio. Sin embargo, cínicamente, y al son de la Internacional, no les
queda más remedio que aplicar medidas y políticas liberales y capitalistas para
sacar la economía a flote.
8º),- Cantan las excelencias marxistas, pero
nada dicen del sometimiento colectivo ni de los terribles “experimentos
sociales”.
9º).- Fanáticamente, los marxistas
siguen en sus trece: no quieren admitir que con democracia y libertad, toda la
“ingeniería social” marxista-leninista no funciona, como ya está demostrado
sobradamente.
10º).- Estos coherentes marxistas,
cuando van a Cuba, se hospedan en hoteles españoles o americanos. No les da por
ir a la casa de un humilde cubano y preguntarle cómo vive. Tampoco les da
por decir a los pobres cubanos que el mundo no es precisamente el infierno en
el que él vive desde hace cincuenta y ocho años.
Vean el siguiente vídeo de YouTube sobre el
terror en la URSS. Pinchen en el siguiente enlace:
Apocalipsis Stalin. El
demonio
Continuará.
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