viernes, 3 de diciembre de 2021

Lo que ahora no se cuenta. El nacimiento de las naciones

Estamos insertando una serie de entregas en las que veremos, y vemos, cosas que seguramente muchos sabréis,  pero que algunas estarán en la recámara del olvido. También nos haremos algunas preguntas que modestamente trataremos de responder y que, por supuesto, siempre respetaremos la opinión contraria, ya que las limitaciones propias de todo ser humano, así lo requiere.

El nacimiento de las naciones.

Consideramos lógico y natural nacer en una nación y denominarla Patria. Sin embargo, lo que entendemos por Patria se organizó y se formó relativamente hace poco, si se compara con el tiempo transcurrido desde los orígenes de la Humanidad.

Como ya es sabido, en la Prehistoria el cazador era el que alimentaba a su familia. A su vez, las familias que tenían lazos de parentesco se unían y se agrupaban para obtener comida, e incluso defenderse de sus enemigos, ya fueran personas o animales.

Estos pequeños grupos familiares fueron creciendo e incluyendo a las personas del mismo linaje. De esta forma surgieron agrupaciones más numerosas, formando los clanes y las tribus. Las más fuertes de éstas dominaron a las débiles, dando origen a los reinos, que obedecían a un jefe.

A su vez, estos reinos se fueron ampliando hasta surgir la nación, que incluía personas cuyos antepasados descendían de distintos antecedentes. La nación era un conjunto de personas que frecuentemente no hablaban la misma lengua, además de tener costumbres muy variadas y dispares. Tal sería el caso, por ejemplo, de Gran Bretaña, con los galeses que descendía de los britanos que, ante el acoso de Roma, se fueron al oeste de Britania.

Dichos galeses tenían idioma y costumbres distintas a los ingleses, pero sin embargo contribuyeron a la formación del Reino Unido. Lo mismo se puede decir de escoces e irlandeses.

Una vez constituidas las naciones, surgieron las obvias necesidades que, como ya es sabido, chocaban con las necesidades de otros países, dando lugar a guerra, luchas y enfrentamientos. Los casos más recientes, por poner un ejemplo casi actual, fueron las dos guerras mundiales del pasado siglo XX. Se pensó entonces en crear una especie de Parlamento que sería el encargado de que hubiese paz, tratando de solventar los conflictos entre las distintas naciones.

Como ya sabrán, con este propósito se creó La Sociedad de Naciones al terminar la Gran Guerra. Desgraciadamente fracasó en sus intentos de conservar la paz, fracaso que llevó a la II Guerra Mundial.

Una vez terminada ésta, se volvió a pensar de nuevo en el Parlamento, creándose una organización como la anterior, pero mucho más amplia: la ONU, Organización de las Naciones Unidas, cuya tarea primordial es la de mantener la paz en todos los países de la Tierra, cosa que tampoco se está consiguiendo. Y no se conseguirá mientras haya fanatismos políticos y religiosos. Al tiempo.



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