Si no se ataja el mal, no
sabemos qué será de esta sociedad actual. Nos estamos refiriendo al mal que
hacen esos niños y jóvenes que, amparados en que son menores de edad y sabedores
de la blandenguería de las penas que se les aplican, cometen todo tipo de
delitos, incluso criminales.
Aquí parece que se legisla para que estos jovenzuelos queden impunes de sus actos y para que se diluyan sus responsabilidades.
Estos jóvenes, además, animan a otros diciéndoles que no pasa nada. Pero lo peor del asunto es que hay personas mayores que usan a estos menores para cometer todo tipo de delitos, sabedores de la impunidad.
Se dan casos de verdadero sadismo. Así, hay pandillas que cuando maltratan a una persona indefensa, lo graban en sus teléfonos móviles para después mofarse y reírse cuando lo proyecten, o cuando lo “cuelguen” en Internet.
En otros tiempos había
correccionales para estos perversos delincuentes ¿Qué hay ahora? Nada. Y no hay nada porque en la misma
escuela ya no se les enseña ni disciplina, ni ética, ni moral, ni obligaciones
humanas, etc. Con
Así estamos como estamos.
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