martes, 28 de diciembre de 2021

La desintegración de la URSS ( I V )


 Como decíamos en las dos entregas anteriores, seguimos relacionando libros que cuentan la verdad sobre el terrible sistema comunista. Algunos de estos libros los hemos comentado en este blog. Otros los comentaremos próximamente.

Robert Service, profesor de Historia de Rusia en la Universidad de Londres, que tuvo acceso a los archivos estatales, en su obra “Historia de Rusia en el siglo XX”, editorial Crítica, 2000, nos habla de hambrunas, deportaciones y masacres.

De las varias obras del sovietólogo Robert Conquest, antiguo miembro del servicio secreto británico, hay una que destaca: La cosecha del dolor: la colectivización soviética y la hambruna del terror. Aquí se puede leer la colectivización forzosa provocó la muerte de millones de ucranianos .

Mención especial merece también el libro “Rusia inacabada”, de la francesa Hélène Carrère D'Encausse, historiadora de Rusia y secretaria perpetua de la Academia Francesa, editado por Salvat Editores, 2001. En esta obra, página 18 se puede leer: «A mediados del decenio (se refiere a la década de los 80 del siglo XX) se inicia en la URSS la época de los ajustes de un sistema acorralado. La economía está paralizada; la poderosa URSS no puede hacer frente a la presión tecnológica de los Estados Unidos, ni acabar con la resistencia del débil pueblo agfano, un nuevo David que mantiene a raya a la segunda potencia militar del mundo; en lo que se refiere a los milagros de la tecnología soviética, son ridiculizados por el desastre de Chernobil en 1986. La voluntad reformadora de Gorbachov, en el marco controlado de la salvación del comunismo, en lugar de frenar la carrera hacia el abismo, lo acelera. Puesto que ha llegado el momento de un discurso sincero, entonces todos, todos los pueblos, se adueñan de ese derecho a la palabra para hacer sus cuentas y convertirse a su vez en acusadores».

También merece mención especial la obra “La corrupción en la Unión Soviética”, del sociólogo Ilia Zemtsov, ex profesor del «Instituto Lenin» de Bakú y que en 1973 se fue de la URSS. Dicho libro está editado por Plaza Janes en 1977. Aquí nos cuenta Zemtsov como un cargo de presidente de un koljós se compra por 50.000 rublos, por ejemplo, o una dirección de sovjós por ochenta mil (página 88)

En la página 19 se puede leer que «...es evidente que la pobreza, en la Unión Soviética es, cualitativamente, una de las más crueles del mundo. Si tenemos en cuenta los ingresos monetarios (doscientos setenta francos al mes de promedio, según Sajarov), no hay país en Europa donde las remuneraciones sean tan bajas. Pero hay que tener en cuenta, sobre todo, las condiciones de acceso a los bienes que estos ingresos permiten adquirir. Estas condiciones están caracterizadas por la penuria económica, la incertidumbre en la distribución y, sobre todo, por la cola, la sempiterna, la interminable, la agotadora cola».

En la página 54 nos sigue hablando de las colas en las que la gente lleva inscritas en el rostro «la desesperación, la resignación, una indiferencia total y una triste sumisión. Los zapatos agujereados, las ropas sucias. Esta multitud permanece toda la noche bajo un aguacero». Sigue Zemtosov en la página siguiente: «en las tiendas falta el pan, así como los demás productos alimenticios. La carne y las materias grasas son distribuidas cada viernes en las empresas con tickets proporcionados por los comités locales.»

En el tema de la corrupción propiamente dicho, nos cuenta Zemtsov (página 74 y siguientes) como en una empresa de fabricación de colorantes, las materia primas empleadas en la fabricación de los mismos «el blanco de albayalde y la grasa animal son reemplazados por creta y asidol, unos sucedáneos cuyo precio es casi treinta veces inferior al de los componentes habituales».

También nos cuenta el fraude en empresas como Ivanov, fábrica de pañuelos y gorros, así como en la fábrica de radios Popov y en la de relojes de Moscú.

En la página 89 se puede leer: «Se compraba y se vendía todo. Un título académico costaba cincuenta mil rublos: el de un director de Instituto, cuarenta mil; el de un rector de «Vuz» (establecimiento de enseñanza superior) podía llegar hasta doscientos mil rublos; un cargo de director de teatro, de ópera, de teatro dramático o de teatro para la juventud variaba entre diez y treinta mil rublos.»

Y terminamos con lo que nos cuenta el autor en la página 103 sobre la sociedad soviética: «la esencia de la sociedad soviética se refleja en su patología. El totalitarismo considerado sin hipocresía es el mundo de la mentira, en el que las relaciones entre los hombres son desnaturalizadas, donde todo es falso y simulado: el amor, la amistad y a menudo el propio vicio. Es el universo de la alienación, de apariencia engañosa y vana; un universo en el cual los hombres disimulan bajo unas máscaras sus inclinaciones, sus intenciones, y los motivos de sus actos. En las costumbres reina una uniformidad engañosa y vil. Parece que todos los caracteres responden al mismo modelo, se incita a los individuos a conformarse a las costumbres, y no a hacer lo que desean. Las relaciones humanas auténticas son desnaturalizadas. La corrupción hace estragos en todas partes, la amistad sincera es una excepción, no hay respeto ni confianza y, con el pretexto de la colectividad, se han instaurado la sospecha, la hostilidad y el odio. Para la opinión pública, como por otra parte para el propio individuo, el valor de la personalidad y el lugar ocupado en la sociedad son una misma cosa. Éste es el origen de las leyes y reglas de la jerarquía socialista. La actividad social del hombre –las instituciones que ha creado– ha tenido como resultado romper la unidad entre su ser profundo y su existencia y pervertir sus relaciones naturales. En esta ruptura se resume la totalidad de la realidad soviética, en la que el único medio de no hundirse en la desesperación es convertirse en cínico o transgredir la ley.»

A pesar de todo lo expuesto, aún quedan personas que, atrincheradas en su búnker ideológico, añoran el sistema comunista y pretenden instaurar una dictadura que nos llevaría de nuevo al totalitarismo marxista.

Vean el siguiente vídeo del canal de Historia intitulado “Comunismo: historia de una ilusión. La revolución de Lenin”. Pinchen en el siguiente enlace:

Comunismo. Historia de una ilusión. La revolución de Lenin

Continuará.



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