Hay gente que traga todo lo que le echen, principalmente la juventud de ahora que es de una ignorancia incalificable ya que, entre otras cosas, no sabe lo que debía de saber, así como también sabe mal lo poco que sabe, amén de presumir de saber lo que no vale para nada saber. Es una ignorancia supina que trae como consecuencia el no querer saber nada más que lo que interesa, o lo que le meten por el coco sin enterarse.
Todo esto lo saben los líderes, dirigentes, caciques y
cabecillas políticos socialistas y comunistas, que se aprovechan de esta
ignorancia para inculcar sus ideas, dogmas, doctrinas y promesas utópicas basadas,
¡cómo no!, en bondades sociales y económicas de todo tipo, a pesar de que está
sobradamente demostrado que el social-comunismo genera miseria mientras la
clase dirigente vive a la gran Dumont. (Recomendamos leer el comentario sobre
el libro “La vida oculta de Fidel Castro”, escrito por Juan Reinaldo
Sánchez, ex guardaespaldas de Fidel durante casi veinte años, que tenemos
insertado en este blog con fechas 28, 29 y 30 de noviembre de 2016).
Por otra parte, este “complexo” de sujetos, “sujetas”
y “sujetes”, hablan y hablan de progresismo, intentando dar a entender que este
concepto es semejante a socialismo, cuando en realidad sólo es una careta, un
antifaz, una máscara de corte carnavalesco.
También dicho “complexo” habla mucho de tolerancia,
pero lo cierto es que tanto el socialismo como el comunismo son extremadamente
intolerantes. No admiten ninguna opción distinta a sus principios: la dictadura
y la tiranía son sus bases, no permitiendo ni la libertad ni el respeto.
En fin, todo esto y mucho más, son los míticos tópicos
típicos del “complexo” social-comunista.
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