Como ya sabrán, el criminal Ernesto “Che” Guevara, en su “Mensaje a la Tricontinental” decía:
“El odio como factor de lucha; el odio
intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones del ser
humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de
matar”. Pues bien, el odio sigue en el frontispicio de la
doctrina comunista, aunque sus sacerdotes lo oculten y lo nieguen. Así, por
ejemplo, decía un pedante marxista infumable que los desórdenes y desmanes que
tuvieron lugar durante la nefasta Segunda República Española, habían sido obra
de la oligarquía para desestabilizarla. O sea, que el criminal y cínico
Santiago Carrillo estaba pagado por la oligarquía cuando dijo en un mitin aquello
de “¡Muera el Gobierno! ¡Muera la burguesía!”. Como no podía ser de otra
manera, este siniestro personaje en sus “Memorias” achaca los desmanes a
los “incontrolados”. La monserga de siempre.
Comunistas y socialistas masacraron, y siguen
masacrando, aunque ahora esto se calla y se omite, a cristianos. Lo visto aquí
en España durante el pasado siglo X X lo demuestra, aunque en estos momentos el
cristianismo tiene otro enemigo: el islamismo.
Como ya saben también, socialistas y comunistas jamás
de los jamases reconocieron sus grandísimos errores, sino que tampoco jamás
pidieron perdón por sus actos criminales y asesinos contra los cristianos. Y
por si esto fuera poco, ponen nombres a calles a responsables de los citados crímenes,
asesinatos, torturas, etc.
En estos momentos en España, varios de los comunistas
que están en el desgobierno siguen teniendo como referentes a dictaduras como
Venezuela y Cuba, e incluso el horroroso régimen norcoreano. Sobre Corea del
Norte comentaremos algo próximamente.
Y si todo esto fuera poco, el “moñudo” Pablo Iglesias,
como ya sabrán, dijo en su día que Lenin había sido un genio. Evidentemente que
lo fue, pero del terror: más de un millón de personas fueron asesinadas durante
el Terror Rojo entre 1918 y 1922 bajo su batuta, por razones políticas y
religiosas. Dichos asesinatos se realizaban empalando a las víctimas, o
crucificándolas o matándolas de hambre.
Nota.- Recomendamos leer los comentarios sobre los
libros “El terror bajo Lenin”,“El verdadero Lenin” y “La tumba de
Lenin” insertados en este blog con fechas 23, 26 y 27 de enero de 2.017.
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