lunes, 15 de febrero de 2021

Elecciones en Catalonia


 

Sí, ya se acabó la fiesta electoral en Catalonia. Dados los resultados, y dado también el carácter híbrido, diverso, múltiple, etc, de las “formaciones políticas”, creemos que no vendrán buenos tiempos para que dichas “formaciones” se entiendan y persigan el bien de España. Por lo tanto, empezará otro período estatal gubernativo totalmente incierto e inseguro que, como ya supondrán, traerá todo tipo de tramas y maquinaciones por parte de estos “representantes del pueblo soberano”, cuyo pelaje todos conocemos.

La situación actual es preocupante ya que, si los ardides, tretas y artimañas del “doctor” llegan a consumarse, nos encontraremos con la cama de Procusto, falacia que trata de deformar la realidad para que los hechos y los datos se adapten a teorías e hipótesis fracasadas e irreales.

Como ya sabrán, ERC durante la campaña dijo que no habría acuerdo con los socialistas. No obstante, Salvador Illa, candidato del PSC, como ya saben, manifestó anoche que quería presentarse a la investidura, pese a no tener los suficientes apoyos, a pesar de lo cual dijo que “el cambio en Cataluña no tiene marcha atrás”. Probablemente no sepa la que le espera.

Hace casi 100 años, Leopoldo Alas “Clarín” al referirse al regionalismo lo calificaba como “ese fanatismo de campanario”, “ese espíritu de clan”, de tribu”, “el salto atrás de la civilización”, “la vuelta al feudalismo”.

“Hay que tener cuidado con cierta clase de regionalistas que en Cataluña, como en Galicia, como en Asturias trabajan pro domo sua (a favor de su casa); aspiran al provincionalismo para ser cabeza de ratón, notabilidades de treinta leguas a la redonda”

Nota.- Procusto era un bandido  hijo de Poseidón,  que ponía en una cama de hierro a sus víctimas. Si la víctima, por su estatura, sobresalía de la largura de la cama, le cortaba las piernas para así ajustarla a la cama. Si, por el contrario, su estatura era más pequeña, se las alargaba estirándolas hasta coincidir con la longitud de dicha cama. En ambos casos, las víctimas perecían. Murió a manos de Hércules en el mismo suplicio. El que quiera entender, que entienda.



 

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