El desastre de este desgobierno que tenemos no tiene
límites ¿Qué va a suceder el próximo día 14 de este mes de febrero cuando se
celebren las elecciones en Cataluña, perdón, Catalonia? ¿Se permitirá a la
ciudadanía que se salte los confinamientos para asistir a los mítines,
concentraciones, asambleas, etc, etc, lo que traerá que haya aglomeraciones por
doquier, con el consiguiente riesgo de contagios y muertes?
Pero el asunto llega a su culmen al permitir a
personas infectadas ejercer el derecho al voto. Hay que ser demócratas cueste
lo que cueste, oiga. Pero no se preocupen: se han creado unas franjas horarias
para que los pobres infectados puedan acudir a las urnas. Pero no se asusten:
el Gobierno de la Generalidad (perdón, el Govern de la Generalitat) ha dicho
que proporcionará unos EPIS ( I ) para las
personas que estén en las mesas electorales. La verdad es que si dichos EPIS no
llegan a los hospitales, ¿podrán llegar a las mesas? Sería demencial.
En fin, seguimos a “lo nuestro”, que no es “lo
vuestro”. “Lo nuestro” es la política. Nos importa un bledo, dos cominos y tres
dídimos que haya casi mil defunciones diarias por mor del coronavirus. Para eso
hemos abandonado el Ministerio de Sanidad para presentarnos a las elecciones de
Catalonia. Si en su día aparecía el eslogan de “¡Ista, ista, ista, Zapatero
feminista!”, ahora puede que aparezca “¡Illa, Illa, Illa a Salvador nadie le
pilla!” Lo prioritario es celebrar el festejo de la “democracia”, aunque sea a
costa de muertes y contagios.
( I ).- Como ya saben un EPI
es un Equipo de Protección Individual con el objeto de proteger el cuerpo
humano de agentes externos y de contagios. Consta de guantes, bata, gafas,
barbijos y mascarilla.
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