miércoles, 10 de febrero de 2021

La hora de la caja B


 

¡Oé, oé, el PP tiene caja B!

Con las que nos están cayendo por arriba y por abajo, por proa y por popa por babor y por estribor, por activa, pasiva y perifrástica, estamos constatando que tanto entre nuestra esforzada clase política como en prensa escrita, hablada y vista-hablada, el mayor problema y con él la mayor preocupación en mi querida España...etc. los constituyen hoy un par de asuntos excepcionales que nos repiten unos y otros sin desmayo y como aviso de caminantes de tal manera, que a fuerza de esa repetición se están convirtiendo en una losa insoportable para nuestras limitadas fuerzas que parecen estar al borde de la extenuación. Resumiendo en lo posible, estos asuntos son: existencia de caja B en la contabilidad del Partido Popular y financiación de obras en la sede del mismo partido con fondos procedentes de esa caja B. No hay nada más transcendental en estos momentos de nuestra dilatada historia. Los hechos citados e íntimamente relacionados entre sí no tienen parangón con todas las desgracias que de una forma u otra y en ocasiones diversas, ha sufrido y sufre nuestra sufriente patria, valga la redundancia. Se infravaloran otras vicisitudes pasadas y presentes hasta convertirlas en insignificantes, ante la magnitud de los problemas que se derivan de dichos hechos. Hasta la pandemia coronavírica que nos azota hace ya más de un año, está pasando a un segundo plano entre las novedades del día en algunos noticieros nacionales y provinciales.

 ¡¡El PP tiene una caja B!! Y yo, y conmigo no dudo que muchas más confiadas personas, íbamos andando por el mundo con una tranquilidad que produce escalofríos solamente el pensarlo. ¡Qué horror y qué error! ¡Pobre ignorante y engañado ciudadano que en más de una ocasión, debo confesarlo francamente, ha votado a este partido no solo en elecciones generales sino en autonómicas, municipales y mediopensionistas si las hubiere! Menos mal que la verdad siempre aflora y resplandece y ahora está aflorando y resplandeciendo, exuberante y mayestática como una camelia fértil y frondosa, tranquilizando nuestras mentes y corazones ayer tan encogidos y apenados al conocer la terrible noticia. Ahora nos toca esperar, esperanzados e ilusionados de que con tanto manipular el asunto, no vaya a aparecer una caja C pues entonces se nos haría insoportable vivir, tamaña sería la desgracia, imposible de superar e impasible el ademán que están presentes en nuestro afán. (Ya pueden perdonar esta digresión un tanto surrealista, debida sin duda a las emociones suscitadas por la pavorosa noticia de la caja B del PP).

 Bien, no quisiera terminar sin intentar hacer fausto lo infausto con el fin de rematar el escrito de una forma más esperanzadora y positiva, recordando mis tiempos comerciales en una pequeña empresa que, como creo que la generalidad de ellas, ¡tenía una caja B! Y no era precisamente por ocultación de datos para defraudar impuestos sino por mera y elemental comodidad para poder manejar sin complicaciones, pequeños detalles económico-contables sin mayor importancia ni transcendencia. Creo que lo mismo se podría decir de innumerables empresas, ayer, hoy y mañana.

 Y no es que yo pretenda opinar que el asunto del PP, su caja B y sus pagos a través de la misma no tiene importancia pue sí la tiene evidentemente, pero lo que nos están haciendo vivir ahora con el golpeteo de esta noticia, al lado de todo lo que nos toca hacer frente, no es de la relevancia que se pretende y en resumen, no sirve más que como una cortina de humo para distraer y nublar la atención del ciudadano a fin de gobernar al último antojo de nuestros ilustres que “a la chita callando” van manejando y modificando con absoluta parcialidad nuestro cuerpo legal con un decreto ley tras otro. Y esto sí creo que es motivo de preocupación.

 Francisco Alonso-Graña del Valle

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog