viernes, 19 de febrero de 2021

San Ignacio de Loyola, Pablo Casado y Miércoles de Ceniza


 Mudanzas en tiempos de desolación.

 En los momentos actuales y, en referencia a algunos aconteceres políticos, no resulta difícil relacionar entre sí los elementos del título que antecede o anteceden:

 _“En tiempos de desolación, no hacer mudanza”, son palabras muy conocidas y citadas de nuestro santo de Loyola.

_Pablo Casado anuncia un inmediato cambio de la sede oficial de su partido. Noticia en prensa.

_“Despojaos del viejo hombre, que está viciado..., y vestíos del nuevo hombre...” (Efesios 4:22-24). Esto dicen nuestras Escrituras y se nos aconseja hoy, Miércoles de Ceniza: un cambio, para adentrarnos en la Cuaresma, revestidos de novedad.

 Con estos presupuestos, parece natural que la duda puede ser la que al final salga triunfando ¿Mudanza o no mudanza? ¿Cambio o no cambio?

 Bien, se me argüirá que todo lo antedicho es “tomar por los pelos” el asunto de fondo que pretendo, que no es otro nada más que una reflexión “peatonal” sobre el supongo “desolado” partido PP y, en especial sobre su también “desolado” presidente.

 Las recientes elecciones catalanas, aparte de sus resultados globales y, en referencia a lo que llamamos derecha española, han dejado bastante claro, aunque las extrapolaciones siempre son meramente supuestos, que la firmeza y claridad en la expresión, respaldada por un fondo también firme y claro, son valores muy considerables y considerados, lo mismo que las medias tintas y las posturas tibias, conducen fatalmente a resultados nada deseados.

 Y esto, insisto siempre en mi opinión, le está sucediendo al PP que hoy día es un partido errabundo que transita con tibieza por los espacios políticos, sin ideas claras y sin complacer a un teórico electorado que intenta atraer pero al que no satisface plenamente como debe y pretende. Su actual presidente, Pablo Casado, en principio una figura esperanzadora, no encuentra asiento y realmente se le ve incómodo y dubitativo de tal forma que no sería extraño el afloramiento de una contestación desde el interior. Sus palos de ciego están resultando totalmente inoportunos y contraproducentes y las muestras son evidentes. Resumo en tres puntos:

 1) En un momento de inspiración absurda, quiso poner y puso realmente claro su total alejamiento de todo lo relacionado con el partido VOX y fué a ponerlo de manifiesto con palabras muy gruesas y ofensivas en el peor momento posible, aprovechando una moción de censura que nada tenía que ver con lo que expuso y que constituyó por contra un regusto y satisfacción para los “mocioncensurados” y una desilusión, junto con un rechazo para muchos de los que pretendía complacer. Ya lo repetí en otras ocasiones: una intervención aciaga en un día aciago con unos resultados que aún están por ver, aunque ya asomaron en las recientes elecciones catalanas.

2) Después, en función de su errabundo comportamiento, molestó sin motivo pertinente a sus propios compañeros de partido con unas manifestaciones sobre el 1-O, en las que aseguraba que en tal fecha, “las cosas pudieron hacerse mejor” en referencia a la actitud de Rajoy y su equipo, un parecer que, en vísperas de las legales elecciones catalanas, solamente fue válido para incomodo de los aludidos y sus seguidores, con reacciones ya evidentes y públicas al día de hoy.

3) Su repentino anuncio de cambio de sede del partido, a la vista de las críticas y ataques suscitados por una posible financiación ilegal de unas obras de rehabilitación realizadas en los actuales locales. Escaso y dudoso motivo para tan importante decisión, sobre todo en tiempos de dificultades económicas ya que se supone que el cambio anunciado llevará consigo unos gastos considerables pues, por ahora, no se nos ha indicado que el cambio se hace buscando una mayor austeridad. De todas formas, aunque inoportuno y dudoso, bueno será para que sirva de revulsivo en las mentes que pueblen estas nuevas instalaciones. Algo positivo debemos buscar entre tanta crítica.

 Termino deseando lo mejor para este partido al que me atrevo a aconsejar y animar desde mi modestísimo criterio a que anteponga, aunque sea por una vez y sin que sirva de precedente, la reflexión del Miércoles de Ceniza a los consejos de San Ignacio de Loyola. Y que el santo me perdone. Amén.

 Francisco Alonso-Graña del Valle

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