viernes, 23 de octubre de 2020

Suicidiofilia o la invasión de los ladrones de cuerpos (A propósito de una moción de censura)


 Tuve la oportunidad de escuchar en directo la intervención de Pablo Casado en la sesión del Congreso con motivo de la moción de censura que planteaba VOX contra el gobierno de Pedro Sánchez.

Si digo que no daba crédito a mis oídos, no exagero y, como consecuencia de ello, inmediatamente  me vinieron a la imaginación dos ideas: por una parte recordé a esas personas, enfermas sin duda, que desarrollan una tendencia maníaca al suicidio y que muchas veces llegan a consumarlo fatalmente, y por otra, recordé asimismo una película de terror, hoy de culto, titulada “La invasión de los ladrones de cuerpos” en la que se trataba, más o menos de un extraño mal que se apoderaba de los cuerpos (y mentes) de normales y honrados ciudadanos, convirtiéndolos, sin cambiar su aspecto físico, en unos seres malos malísimos que se dedicaban a cargarse a toda persona no contaminada que se pusiese en su camino.

 A ver ahora si puedo explicarme: empezaré por decir que la palabra “suicidiofilia” no aparece en el DLE, pero creo que contando con la benevolencia de los lectores puede admitirse y entenderse: amor o filia al suicidio, en este caso, suicidio político, hablando metafóricamente.

 Desde mi punto de vista, ojalá exagere o me equivoque, pero hablando como decía al principio en referencia a la intervención de Pablo Casado en la moción de censura, me pareció tanto por la forma como por el fondo, un suicidio para su partido que, si ya venía arrastrando matices de tibieza y poca claridad, no hizo más que aumentar estos matices, y, en vez de propiciar nuevas adhesiones, aclaró muchas dudas entre parte de su teórico electorado. La dureza e inoportunidad con que se dirigió a VOX como partido y, en particular a su presidente Santiago Abascal como persona, poniéndolo a la altura de los Otegui y compañía (hasta habló de pisar la sangre de las víctimas), me produjeron una sorpresa y un rechazo tales que, de no producirse un cambio radical, tengo borrado al PP como posible destinatario de mi voto en su momento. Miserable es una palabra muy fuerte, pero creo que califica alguna actitud de hoy. La moción de censura era contra Pedro Sánchez y su gobierno y esto, el sr. Casado lo pasó por alto en una lamentable obsesión de atacar y menospreciar a un partido y a una persona con los que es evidente debería llegar a un eficaz entendimiento.

 No llego a entender las razones de la actitud de Casado, pero dio la impresión de que un ladrón de cuerpos como los de la película citada, le había poseído y añado otro detalle: la gran ovación que sus compañeros le dedicaron al final de su intervención, me dio una impresión de falsa, forzada, ordenada y poco sincera, aunque sonora. A ella aludió Abascal citando a Jardiel Poncela: “Si queréis los mayores elogios, moríos”.

 No cabe duda de que el sr. Abascal acusó el golpe, pero ello le dio ocasión de ganar muchos enteros, adoptando una postura serena, elegante y respetuosa.

 En fin, que a los que no estamos metidos en política, cada vez nos resulta más difícil de entender ese mundo y únicamente vemos con claridad que la vocación de servicio al ciudadano sincera y abnegada que debe presidir algunos comportamientos, brilla esplendorosamente por su ausencia.

 Y como hay que “recuperar la memoria histórica”, ahora “memoria democrática”, transcribimos un párrafo del artículo intitulado “Insensibilidad vergonzosa”, autor Rafael Sánchez Mazas, aparecido en el diario “Arriba” de fecha 24 de junio de 1935, páginas 1 y 2, que vie muy ad hoc a lo que está sucediendo:

 “Ni la imbecilidad asqueante de la derecha, ni la canalla aguda de la izquierda, podía pervivir en nuestra Patria”.

Vean el morphing.


Francisco Alonso-Graña del Valle

 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog