jueves, 8 de octubre de 2020

El sectarismo es lo que importa.


 

Las ideologías de esta casta política que tenemos, están por encima de la resolución de los muchos problemas que padecemos en estos momentos, amén de hacer varias reformas, y amén también de combatir las amenazas separatistas que traerán consecuencias desastrosas. Y decimos esto porque, entre otras cosas, los desmanes de todo tipo de los reinos taifas autonómicos son dignos del Guinness. Sólo piensan en privilegios y más privilegios en detrimento del resto de España, a la que muchos odian por varios motivos, sobre todo por su tradición cristiana. (Nos viene a la memoria la función titiritera representada para niños en el Madrid gobernado por los “podemitas” apoyados por el PSOE, en la que aparecían escenas tales como un juez ahorcado, o una monja violada, por poner un par de ejemplos ¿Se acuerdan?)

Por otra parte, la Ley de Memoria Histórica, ahora Memoria Democrática, está para algo, oiga. Ahí están los nombres de personas borrados de los callejeros, personas que nada tenían que ver con el régimen de Franco. Tal fue el caso del literato Pedro Muño Seca, cobarde y vilmente asesinado en Paracuellos por el Frente Popular en 1936. Otro caso fue el de Juan Vázquez de Mella, promotor del voto femenino, fallecido en 1928, tres años antes de establecerse la Segunda República.

Quizá el caso más paradigmático sea el de José Calvo Sotelo, fundador de la gran compañía CAMPSA, también vilmente asesinado en julio de 1936 por los pistoleros de sabemos quién.

En fin, para este “complexo” que tenemos anclado en la “Moncloaca”, el sectarismo y el abrazo del oso es lo único que les importa.



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