Como ya saben, el “Doctor Sancheznstein” va a visitar
al Papa. No se entiende muy cómo un sujeto que ataca a la familia, a la vida, a
la libertad religiosa, y que además miente y engaña, entre otras cosas, haga
tal visita. Claro que a lo mejor se siente más “fuerte” tras las batallas
dialécticas de la “noción” de censura, que ha terminado con un ambiente
calentado y extremado, con una falta de respeto, amén de lo insultos, todo digno
de la mayor execración.
Tampoco se entiende muy como un sujeto presidente de
un país en el que las relaciones Iglesia-Estado (iglesia cristiana, claro)
están prácticamente rotas, y que nada dijo ni comentó lo de “¡Arderéis como
en el 36!”, vaya a visitar al Papa, aunque a lo mejor hay un “buen rollo”
entre ambos. No nos extrañaría dado el cinismo y la inmoralidad del “Doctor”.
En fin, a lo mejor estamos haciendo un juicio
temerario, y el “Doctor” termina confesándose, oiga.
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