jueves, 15 de octubre de 2020

Ante un nuevo reinado


 

En estos tiempos tan convulsos, complicados y, en gran medida absurdos que nos ha tocado vivir para nuestro pesar, con una forma de gobierno llamada monarquía parlamentaria, en este nuestro querido país aún llamado España, se ha ido instaurando solapadamente y no tan solapadamente otra monarquía, otro reinado que va dominando día sí y día también nuestras variadas instituciones y gran parte de nuestros ambientes. Es, ni más ni menos, en mi opinión y para nuestra desgracia,  el reinado de la mentira en sus diversas formas, especialmente en todo lo relativo a lo que llamamos política, de tal modo, que no hay día en que no nos la encontremos presente cada vez que leemos o escuchamos manifestarse a alguno de los tan caritativamente llamados padres de la patria (y madres también, claro, de la "matria", palabra que aventuró a inventar una de nuestras ilustradas ministras).

Hace ya unos años alguien dijo, refiriéndose a D. Alfredo Pérez Rubalcaba (q.e.p.d.), que, entre todos sus conocidos era la persona que mentía con mayor sinceridad. Hoy día somos conscientes de que esa afirmación ha quedado completamente obsoleta: el recordado ministro socialista está siendo superado ampliamente por más de uno de sus correligionarios y adjuntos que, como decíamos anteriormente, un día sí y otro también, mienten con absoluta falta de pudor y vergüenza, quedando además sus mentiras fuera de toda trascendencia ya que, sorprendentemente, han pasado a ser algo tan habitual que entran dentro de la moda y modos actuales en uso permanente. Recordemos, como ejemplo paradigmático, que nada menos que nuestro hoy presidente de gobierno, pudo afirmar en su día públicamente, que nunca pactaría con separatistas ni terroristas y que no dormiría tranquilo si en el gobierno de la nación tuviese cabida algún político de Podemos, para más tarde y en un breve espacio de tiempo, hacer todo lo contrario para bien de sus particulares intereses sin la más mínima explicación ni mucho menos, recato.

Por desgracia, todo es superable y hoy la mentira alcanza cotas insospechadas, siendo otro ejemplo más que palpable, la cantidad de falsedades que estamos oyendo con referencia a la pandemia del Covid 19 y que van, desde la negativa del gobierno a aceptar que conocía el peligro con tiempo suficiente para tomar las medidas oportunas, hasta el manejo descarado a diario de cifras de contagiados y muertos, altas y bajas, a cargo de los correspondientes responsables, a mayor gloria de los intereses partidistas de turno y a quienes oímos decir una cosa un día y la contraria al siguiente con una naturalidad y estoicismo asombrosos.

No vamos a insistir hoy más sino solamente hacer mención a la tan manoseada memoria histórica, democrática o como quieran llamarla, plagada de mentiras y tendente a escribir, desde dentro, vergonzosamente, una nueva historia de España a la medida de nuestros mayores enemigos.

Todo es muy lamentable ya que, reinando la mentira entre la clase dominante, nosotros, pobres ciudadanos de una hoy muy dudosa democracia, nos encontramos totalmente impotentes e incapacitados para actuar conforme a la tan cacareada libertad que solo ejercemos y a medias (listas cerradas), cuando depositamos puntual y cándidamente nuestro voto en la urna correspondiente en las jornadas electorales.

Mal reinado es este de la mentira, en clara competencia con la monarquía verdadera que en la persona de Felipe VI, está hoy en día tan atacada y hasta puesta en cuestión por algunos de aquellos que no hace mucho, juraron o prometieron aceptar nuestra Constitución y hacerla cumplir, y con ello, por tanto, reconocer y defender la figura del monarca. Otra mentira más.  Lamentable, repito.

Y una reflexión final para terminar: no olvidemos ni olviden quienes más deben hacerlo, que la frase y la idea: "Una mentira repetida adecuadamente mil veces, se convierte en verdad", se atribuye a Joseph Goebbels, ministro de Ilustración y Propaganda del hitleriano partido nazi. ¿Será tomado hoy como ejemplo a imitar este personaje?

Francisco Alonso-Graña del Valle

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog