domingo, 5 de marzo de 2017

“Mañana España”


El título completo del libro es “Mañana España. Conversaciones de Régis Debray y Max Gallo con Santiago Carrillo”, autor Santiago Carrillo, Colección Ebro, 1975, 269 páginas. 


El libro es una sarta de mentiras y de engaños, además de mostrar una admiración por el criminal Stalin. Nos llama la atención el comentario que este cínico y cruel sujeto hace sobre el pacto nazy-soviético, firmado en agosto de 1939. A tal efecto, ante la pregunta que le hacen, vean lo que responde (página 93):

“Para muchos comunistas, sobre todo los franceses, estos años 1939-1940 están marcados por el pacto germano-soviético de agosto de 1939 ¿Cómo reaccionaste tú? Carrillo responde:

“Para un comunista español, en esa época, no supuso ninguna dificultad, no solamente por nuestra confianza incondicional en Stalin, sino sobre todo porque salíamos de España llenos de odio hacia esas potencias europeas llamadas ‘democráticas’ que nos habían vendido. Por culpa de estas potencias habíamos perdido la guerra. Para mí estaba claro que esas potencias habían traicionado al movimiento antifascista. En mi partido, por tanto, la comprensión del pacto germano-soviético no planteó Problemas. Entre los comunistas españoles, que yo recuerde, nadie tuvo crisis de conciencia, ni los intelectuales, ni los obreros. Se decía: ‘Estos cerdos tienen lo que se merecen. No puede uno confiar ni asociarse con ellos; nos traicionarían’. En aquel momento el asunto estaba así de claro. Lo que influyó en nosotros fue la admiración hacia la Unión Soviética y el odio hacia esas potencias . . .”


En la página 106 dice el criminal, asesino, cínico y mentiroso Carrillo:

“Para mí, en aquella época, la defensa de la URSS era lo más importante; hasta el punto de que si en 1936 me hubieran preguntado: ¿Aceptarías que la revolución triunfara en España a cambio del derrumbamiento de la de la URSS, no habría vacilación en contestar ‘no’ porque la URSS era por sí sola un continente, una fuerza enorme, capaz de llevar sobre sus hombros el movimiento mundial, mientras que en la pequeña España sólo habríamos podido triunfar de forma efímera”.

Asimismo, y abundando en lo anterior, en la página 184 sigue diciendo el asesino:

“Si me hubieras preguntado en 1938, a mí, comunista, si prefería la victoria de la España republicana a costa del derrumbamiento de la Rusia soviética o lo contrario, ya te he dicho que hubiera escogido lo segundo”

En la página 56, cuando aún no había cambiado la chaqueta de socialista a comunista, habla de que cuando los jóvenes comunistas le visitaban en los locales socialistas, “habían podido observar que detrás de mi mesa tenía un gran retrato de Stalin”.

En la página siguiente habla del viaje que realizó a la Unión Soviética y dice:

“Cuando vi en las calles de Moscú destacamentos de obreros que desfilaban con sus fusiles cantando la Internacional, me dije: ‘Esto es lo que yo quiero’ ”.

No hacemos ningún comentario sobre estas palabras porque se comentan por sí solas. Lo destacado en rojo es nuestro.

Nota. Recomendamos leer nuestro artículo“LXXV aniversario del comienzo de la II Guerra Mundial ( I ) Pacto nazi-soviético. Stalin brinda por Hitler”, insertado en este blog el 14 de mayo de 2014.


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