viernes, 24 de marzo de 2017

Cristianismo y comunismo ( y X V )


Como decíamos en la anterior entrega, en esta y última veremos algo sobre la gestación y la expansión del “movimiento” Cristianos por el Socialismo.


El origen del citado “movimiento” tuvo lugar a primeros de 1971, auspiciado principalmente por sacerdotes chilenos y de otras nacionalidades, destacando el peruano  Gustavo Gutiérrez, que en aquel tiempo sacaba a luz en Lima el libro “Teología de la liberación”.

En la creación del “movimiento” hubo peroratas de todo tipo, destacando la del “jesuita” marxista chileno Gonzalo  Arroyo (padre Arroyo), que decía que “El marxismo y el cristianismo pueden unificar su acción”. No hacemos ningún comentario sobre esta gran boutade.

A comienzos del citado año 1971, Salvador Allende, a la sazón presidente de Chile de 1971 a 1973, convocó la “Operación Verdad”, acudiendo otro de los grandes “genios” de la teología de la liberación: el “dominico” Paul Blanquart, de nacionalidad francesa. Dio la casualidad de que este señor venía de Cuba en donde, como no podía ser de otra manera, se derretía en elogios al tirano Fidel Castro. Posteriormente expuso en Chile, de una manera dogmática y tajante, que “es posible ser a la vez marxista y cristiano”, remachando el asunto diciendo que “la Iglesia ya dejó de ser una y debe encaminarse por la senda del socialismo; lo demás no es una Iglesia auténtica, sino falsa y muerta”. Otra boutade de categoría.

Otro personaje de este “movimiento” fue el nicaragüense Ernesto Cardenal Martínez, ministro de cultura del gobierno sandinista, que decía “soy un comunista cristiano”. Sin comentarios. (Conviene recordar que este personaje fue llamado al orden por el Papa Juan Pablo I I, cuando hizo la visita a Nicaragua en 1983).

Los creadores del “movimiento” de marras, que superaban el medio centenar de personas, en noviembre de 1971, con motivo de la visita que hizo a la Chile de Allende el tirano Fidel Alejandro Castro Ruz, se postraron ante éste con reverencias y saludos efusivos. “Manguito”, al principio, confundió a estos creadores con el grupo musical comunista chileno “Quilapayún” por el parecido de su indumentaria: barbas y ponchos negros.

Ni qué decir tiene que en este momento de la visita de “Manguito”, allí estaba el mentado padre Arroyo, al que le dijo Fidel: 

“felizmente los sacerdotes han evolucionado muy rápido. Hacen cosas que nosotros queremos que hagan los comunistas”.

En fin, terminamos con el tema después de quince artículos, con unas cosas que nos llaman la atención, ya que la mentada “teología de la liberación” no se preocupa ni piensa en la liberación de las personas que han caído bajo la bota, el bozal y el grillete comunistas, y que viven en la más absoluta miseria y en la más total carencia de libertades. Lo que había que liberar era a España de Franco, a Nicaragua de Somoza, a Chile de Pinochet, a Cuba de Batista . . . Pero liberar a Vietnam, a Hungría, a Camboya, a Checoslovaquia, a Cuba o la misma URSS, aunque esta última, como ya saben, se liberó a sí misma por implosión y destartalamiento, nada de nada. Como ya supondrán, estos “teólogos” no encontraron, ni encuentran, nada que liberar en los citados países.


Y como colofón, no entendemos muy bien esta colaboración cristianismo-comunismo, ya que una comunista, diputada ella de Podemos, dijo en su día aquello de “maldita caridad cristiana”



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