martes, 21 de marzo de 2017

El sufrido pueblo cubano


Da la impresión de que algunas organizaciones y asociaciones, sólo parecen estar interesadas por el gobierno de Cuba y no por el sufrimiento y la miseria del pueblo. Claman porque EE.UU. supriman "el bloqueo", que en realidad es un embargo, pero no dicen nada para que la tiranía castrista suprima la represión a que tiene sometida a la población. En Cuba sólo son “libres” los ciudadanos que se someten a las exigencias del partido único. 


La vida y libertad del pueblo, dependen de una administración de justicia caprichosa sometida al poder político. 

Los cubanos no son iguales ante la Ley, ya que la “nomenklatura” tiene su propio status. 

El partido-estado sostiene que los que se extravíen de la ortodoxia marxista-leninista, son personas de “dudosa moralidad”, tienen “comportamientos antisociales”, son “cómplices del enemigo”, “traicionan a la patria”, etc. y, por tanto, no se merecen la tan cacareada igualdad. 

No existe presunción de inocencia en los códigos. 

Los pobres cubanos no tienen derecho a elegir libremente su lugar de residencia, como tampoco pueden salir libremente del país. 



El pueblo cubano no tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión. No puede difundir ni recibir opiniones distintas a las de la doctrina oficial del PCC. Los medios de comunicación están en manos del partido-estado y sometidos a una rígida censura. 

Las elecciones para el llamado Poder Popular, no son auténticas ya que son promovidas sólo por el Partido Comunista. No hay posibilidad alguna para que personas de ideologías diferentes, puedan presentar candidaturas. 

La educación está controlada y dirigida por el PCC, sin que los padres puedan elegir el tipo de educación para sus hijos. Los estudios superiores se reservan de forma exclusiva para aquellos estudiantes que tengan un expediente nada sospechoso de heterodoxia. 

La religión y las ideas políticas diferentes, hacen que muchos cubanos pierdan derechos y libertades. 

En Cuba no existe ningún tribunal imparcial e independiente, ya que el propio Estado ha montado un aparato judicial que depende de la voluntad hegemónica del PCC. 

La vigilancia que ejercen los Comités de Defensa de la Revolución, hace que la vida privada, la familia, el domicilio, la correspondencia, etc. de cualquier cubano, puedan ser atacadas impunemente. Si a esto unimos la actividad de los “chotas” (chivatos), los “actos de repudio”, las denuncias abiertas a los disidentes y la actividad de la Policía Política del Estado, tendremos un cuadro completo de lo que es una auténtica tiranía. 

A pesar de todo esto, todavía Cuba sigue siendo el “modelo referencial” para algunos trasnochados y patéticos líderes políticos. 

Podríamos seguir enumerando más cosas: crímenes, torturas, encarcelamientos, entrenamiento de terroristas, etc. . . . El asunto sería muy largo. 




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