Anteayer hemos publicado el artículo "El tabaco, el alcohol y las drogas". Volvemos al tema con el artículo presente.
Como recordarán, durante el "zapaterato" entró en vigor la ley anti-tabaco, mejor dicho, la ley que prohíbe fumar, porque si verdaderamente fuese contra el tabaco, cerrarían los estancos con lo que el Estado dejaría de recaudar miles y miles de millones.
Nos vendieron, y nos venden, la moto de que se quiere mirar por la salud del pueblo, al que por otra parte se esquilma y empobrece. Pero esto no importe: lo principal es la salud. Advierten en los paquetes de tabaco que éste “puede matar”. También te puede matar un chicharro, ya que si lo pisas puedes resbalar y pegar con la cabeza en el bordillo de la acera y morir.
¿Y el agua? Como decía Mark Twain, el tabaco es malo, pero el agua es aún peor porque si no la bebes te mueres. Sólo nos faltaba, ya que quieren velar por nuestra salud, que nos obligasen a beber agua ¡Pobres muchachos de los "botellódromos"!
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