jueves, 26 de octubre de 2017

Conservar la estabilidad



Ya saben que nos gusta "recuperar la memoria histórica" más reciente, especialmente lo acontecido durante el desastroso período del "gran timonel" Zapatero, que nos sumió en una crisis tan acentuada que llegó a ser una "crisís".

A pesar de aquella "crisís" económica, aún hubo quien quería (asesores y "pensadores") que las cosas no cambiasen para mantener el "estado de bienestar". Lo que no nos decían estos ínclitos personajes, era cómo se las iban a arreglar para mantenerlo.

El “ciudadano” (y suponemos que el “aldeano” también), se dieron cuenta de que seguían subiendo los impuestos, a la vez que se despilfarraba dinero por doquier, y que los 17 “gobierninos” seguían sin rebajar sus gastos. 

La “crisís” seguía avanzando a pasos agigantados. Una “crisís” que se notaba en la disminución de las ventas de automóviles, en encierre te establecimientos comerciales de todo tipo y en le miedo de la gente al inmediato y próximo futuro.

Estábamos hartos de oir lo de que “pronto comenzaremos a notar la recuperación”, mientras que los verdaderos expertos decían que no había ningún síntoma de la tal recuperación, a pesar de que los políticos “albergan esperanzas de mejoría”.

¿Qué hizo aquel nefasto gobierno con los agentes sociales? ¿Y qué hicieron los sindicatos? Nada de nada. La única preocupación que tenía aquella banda era la de gobernar a costa de lo que fuese. Había que conservar la “estabilidad” ¿Qué estabilidad? ¿La estabilidad a la hora de votar en el Parlamento, o la estabilidad social necesaria para sacar a esta pobre España de aquel pozo?

No hicieron caso de nada. El gasto público siguió disparándose y los impuestos ahogaban a todo el mundo. Pero, no se preocupen: todo se solucionaría mandando y ordenando que se vayan “a su puta casa”, dijo en su día el secretario de UGT madrileño ¿Se acuerdan?


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