martes, 17 de octubre de 2017

“El tercer ejército de la URSS” ( I )


Así se intitula el libro de Francisco-Félix Montiel, Ediciones Universal, Miami, Florida, 1.988, 115 páginas, incluido Índice.


Sobre la personalidad del autor, en la contraportada del libro, se lee: 
“En 1936 fue elegido Diputado a Cortes por el Frente Popular y de-sempeñó importantes funciones políticas durante la guerra civil es-pañola. El Dr. Montiel es un conocedor profundo, no sólo de la teoría o de los documentos del marxismo, sino de la realidad viva del mundo soviético. Ingresó en el Partido Comunista (en España) durante la mencionada guerra; pero desde 1948, en que rompió definitiva y clamorosamente con Moscú, su trabajo de esclarecimiento y condena de la conspiración internacional del comunismo ha sido intensísimo y coherente.

Residió en Cuba hasta mayo de 1958, significándose por sus polémicas colaboraciones periodísticas denunciando —en aguda anticipación— el peligro comunista que se cernía sobre el país.

Es autor de numerosas publicaciones en el campo de su especialidad universitaria y en el terreno del combate político. Entre las primeras: «La Administración moderna y la política de los fines» (Lima, 1967) y «El self-goyernment de las Profesiones» (México, 1961). Entre las segundas: «Solidarismp: una nueva teoría de la democracia» (Santiago de Cuba, 1954), «Light on Moscow» (serie de artículos en el diario «Havana Post», La Habana, dic. 1956-marzo 1958) y «Controversia sobre la libertad» (Madrid, 1988)”.

Este libro, como otros que hemos comentado en nuestro blog, ha sido borrado, secuestrado y desaparecido de las librerías. La verdad es que no tiene desperdicio.

Como estamos en el “octubre rojo”, como dicen y escriben algunos, vamos a insertar aquí lo que dice el autor en la página 36, así como el capítulo intitulado “La toma del Palacio de Invierno”, páginas 37 a 40.

Página 36:

“Febrero fue en Rusia el comienzo. Octubre, el resultado último. Marx había prescrito —con el aire pedantesco de la doctrina— aquella regla de estrategia consistente en realizar primero la revolución democrático-burguesa, como preludio para imponer más adelante la revolución socialista. Stalin lanzó la fórmula de «la vía democrática hacia el socialismo». Con el recuerdo experiencia de la experiencia  de «febrero» y de «octubre» en Rusia ahora sabemos lo que quiere decir esa «vía democrática». Aprovecharse de 1a democracia, manipularla, minarla, penetrarla, ocupar posiciones influyentes en los medios de comunicación social, en los grandes servicios nacionales, en la Administración Pública, en los Municipios, en las Comunidades autónomas y —cuando se pueda-  en otras instituciones como las de Seguridad y Orden público y en el Ejército. Y desde allí saltar de febrero a octubre.

Lenin aconsejaba a los comunistas de todo el mundo: «Estad dentro. Perforad desde el interior.» Los comunistas deben trabajar «de un modo legal dentro de los Parlamentos más reaccionarios, en las cooperativas y sindicatos más reaccionarios, en las organizaciones de previsión y similares». Hay que «aprender a retroceder», añadía. «No se empieza por el radicalismo.». A los comunistas británicos les encareció que se adhirieran al Partido Laborista. Sospecho que se trata de una regla general que los comunistas practican en el resto del mundo, adhiriéndose — en la proporción que les conviene o que les es posible— a los partidos de la Segunda Internacional. En una ocasión, Lenin dio instrucciones a Georgi Chicherin, quien debía asistir a una conferencia con Gobiernos occidentales: «Sea usted al mismo tiempo amistoso y venenoso.» Y hablando de la guerra y del pacifismo, este consejo de Lenin adquiere en nuestros días una actualidad que arde: «En la guerra, apoyemos a los pacifistas del otro.»”.

Dejaremos para un segundo artículo lo “La toma del Palacio de Invierno”


Continuará.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog