miércoles, 18 de octubre de 2017

El tabaco, el alcohol y las drogas


Como se sabe, en las cajetillas de tabaco figura “fumar mata”, con el objeto de disuadir al fumador para que deje el tabaco. Hay que mirar por la salud pública, oiga.


La verdad es que esto no lo creemos porque si verdaderamente se mirase por la salud pública, se suprimirían los estancos. Pero, claro, esto no se hace porque el Estado gana un 80 % por cada cajetilla vendida. Entonces el Estado es el que mata.

Un dato: en el año 2.010, con Zapatero pilotando la nave, el Estado recaudó casi 10.000 millones de € por las ventas de tabaco, cifra superior a la del presupuesto de infraestructuras.

Nos dicen los “expertos” que la nicotina mina la salud. En esto estamos de acuerdo. Pero, ¿por qué no se pone el mismo énfasis en el alcohol o en las drogas? Ahí tenemos los “botellódromos”, en donde se ve a adolescentes totalmente ebrios ¿Se acuerdan de aquel slogan de principios del “gonzalato” cuando los jóvenes se manifestaban con aquello de “menos porras y más porros”? Pues por el mismo camino siguieron los jóvenes del “zapaterato”.

Según un estudio del Instituto Nacional de Estadística, en el año 2.006, el consumo de tabaco disminuyó, aumentando el de las drogas, concretamente el de cannabis y cocaína ¿Por qué no se les dice a estos jóvenes que la droga también mata?

Y ahora viene lo más curiosos, y es que estamos observando cierto desprecio, e incluso malos gestos, hacia la gente que fuma. Esto es ya el colmo de los colmos. Dichos desprecios y malos gestos dan muestra del fanatismo,  intransigencia, intolerancia y distrofia mental que sienten, tienen y padecen determinadas personas debido a que lo dicta lo políticamente correcto y el panel ideológico.




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