domingo, 29 de octubre de 2017

Comunismo: quimera y mentira ( V I I I )


Una de las mayores mentiras del comunismo, es presentarse como paladín de la paz. Pedantes infumables marxistas no se cansaban, ni se cansan , de hablar de la “pax soviética”, omitiendo o ignorando lo que tal doctrina dice y hace sobre el tema.


Las acciones y hechos del marxismo están inspirados en un implacable y fanático racionalismo: es la “dialéctica” de Hegel elevada a su máxima expresión.

Marx y Engels mantenían que “los vencidos son sacrificados sin compasión”, es decir, la competencia vital de Darwin trasladada a la sociedad humana. Conviene recordar aquí que Marx dedicó su segundo tomo de "El Capital" a Charles Darwin.

El marxismo es puro darwinismo. Decía Engels que “la Naturaleza es la expresión de la dialéctica”, es decir, que el matar personas es para el marxismo un asunto normal y corriente.

Una vez asentada la sociedad comunista sobre estos principios, el gobierno, para mantenerse y perpetuarse en el poder, no le queda más remedio que la colaboración del pueblo, colaboración que fue prácticamente nula debido a las terribles crisis agrícolas y a la severa y forzosa militarización de todas las actividades. Esta colaboración la obtendrá de la clase burocrática que, con tal de tener alimentos y disponer de recursos, apoyará y apuntalará al gobierno, no por convencimiento, sino por lucro.

Sobre este tema decía Leon Trotsky:

“Como los peores burócratas de otros tiempos, los comunistas, gobernadores, directores, altos empleados y jefes militares, cuando no cometían errores a granel exigían dinero por todas partes. Tenemos un estado obrero con deformaciones burocráticas. El descomedido y privilegiado aparato administrativo, absorbe una parte notabilísima de nuestra plusvalía. El burocratismo va tomando incremento en todas las esferas; pero su desarrollo es particularmente ruinoso dentro del partido. El  burócrata del partido considera hoy las cosas de la siguiente manera: el partido debe ser considerado de arriba abajo, y esta actitud debe adoptarse en todas las relaciones prácticas y en toda su labor”.

Esta casta burocrática actúa sin ningún escrúpulo sobre el resto de la sociedad, a la que despoja de su libertad, derechos y recursos materiales. (Conviene recordar también aquí que el comunismo dejó 145 millones de pobres en la implosionada URSS).

Ante esta humillación, y sin poder organizarse, el pueblo cae en la esclavitud, como así sucedió. A una población militarizada, con pocos recursos alimentarios, le es prácticamente imposible luchar y reaccionar contra la citada casta, que es la que en realidad detenta el poder y la que maneja prácticamente todos los recursos.

En el próximo artículo y último, seguiremos viendo los privilegios de los burócratas.





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