Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos
algo sobre “justicia social”, la “corrección política”, el engaño del ateísmo y
del materialismo.
Uno de los grandes errores y falacias del
marxismo-leninismo es, entre otros muchos, el considerar como “ciencia” sus
planteamientos, definiciones y significados, para implantar la “justicia
social”. De aquí emana lo “políticamente correcto” que trae, entre otros
asuntos, la vigilancia, el control y distorsión del pensamiento al más puro
estilo gramsciano.
Evidentemente, para realizar todo esto lo primero que
hay que hacer es “destronar a Dios”, como dijo Carlos Marx y, lógicamente,
difundir el ateísmo. El mismo himno de “La Internacional” dice que “ni en dioses, reyes, ni tribunos, está el
supremo salvador. Nosotros mismos realicemos el esfuerzo redentor”. El gran
filósofo, escritor y político británico Edmund Burke, ya decía en pleno siglo X
V I I I que “Cuando los hombres juegan a
ser Dios, actúan inmediatamente como el demonio”.
En cuanto al materialismo, qué les vamos a contar que
no sepan, aunque los “internacionalistas” marxistas-leninistas, lo nieguen: uno
de los pilares del marxismo es la negación de la existencia del alma, lo que
hace que el materialismo intentó, e intenta, crear unos fundamentos para un
gran número de fantasías y presunciones de carácter intelectual.
En la próxima entrega veremos algo sobre Darwin, la
“racionalidad científica”, y lo que engendraron, fecundaron y propagaron tanto
el ateísmo como el materialismo.
Continuará.
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