No todas estas cosas importan por igual a su “Sanchidad” y a sus socios. Esto está originando, aunque poco o nada se comente, una tensión dentro de los miembros del desgobierno. Por poner un ejemplo, ahí está la “sola y borracha” Irene Montero, la gran jefa feminista, admitiendo las apasionadas, fanáticas y frenéticas exigencias y reclamaciones de eso que se llama colectivo LGTB, amén de ser la forjadora e inventora de la ley TRANS, que propone, entre otras cosas, que los adolescentes de 14 años puedan someterse a una operación para cambiar el sexo.
Ni qué decir tiene que muchas personas pertenecientes
al PSOE, como por ejemplo Carmen Calvo Poyato, miembro del Congreso de
Diputados, rechazan de plano esta monstruosidad. Sin embargo, y como no podía
ser de otra manera, los “podemitas” presionan a su “Sanchidad” para que esta
“ley” sea aprobada a fin de año.
Por otra parte, muchos responsables sociatas están
furiosos y crispados por la coyuntura de que el desgobierno tolere la
proposición de ERC para reformar el
Código Penal, lo que traería la disminución y rebaja de las penas por delitos
de sedición, insurrección, rebeldía, sublevación, etc, lo que a lo mejor
traería como consecuencia que Puigdemont
regresase a España, y que el Junqueras y su “complexo” presentaran sus candidaturas a las próximas
elecciones perjudicando, obviamente, a las candidaturas del PSOE.
En fin, su “Sanchidad” de momento no dice ni pío sobre
estos temas, como tampoco dice nada de la miseria y ruina que está generando su
desgobierno. Probablemente esté esperando a ver qué le dice su ejército de
“asesores”.
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