Continuamos con los libros “Poesía
española del Siglo de Oro”, Ediciones 29, Madrid 1990, 113 páginas; "Los
mejores romances de la lengua castellana", Edicomunicación, S.A.,
1999, 256 páginas, y “Gustavo Adolfo Bécquer. Rimas y Leyendas”,
Editorial EDIMAT LIBROS (Ediciones y Distribuciones Mateos), Madrid 1999, 317
páginas incluido “Índice”.
En la página 29 del primer libro, figura
una poesía intitulada “Soneto”, autor Gutierre de Cetina (1510-1554).
Dice así:
“Horas alegres que pasáis volando
porque a vueltas del bien mayor mal sienta;
sabrosa noche que en tal dulce afrenta
el triste despedir me vas mostrando;
importuno reloj que, apresurando
tu curso, mi dolor me representa:
estrella con quien nunca tuve cuenta,
que mi partida vais acelerando:
gallo que mi pesar has denunciado,
lucero que mi luz va oscureciendo,
y tú, mal sosegada y moza aurora,
si en voz cabe el dolor de mi cuidado,
id poco a poco el paso deteniendo,
si no puede ser más, siquiera una hora”
En la página 99 del segundo libro figura “Romance
de la constancia”. Dice así:
“Mis arreos con las armas,
mi descanso es pelear,
mi cama las duras peñas,
mi dormir siempre velar.
Las manidas son escuras,
los caminos por usar,
el cielo con sus mudanzas
ha por bien de me dañar,
andando de sierra en sierra
por orillas de la mar,
por probar si mi ventura
hay lugar donde avadar.
Pero por vos, mi señora,
Todo se ha de comportar”
En la página 40 del tercer libro, aparece
la siguiente rima de Bécquer:
“Tu pupila es azul, y cuando ríes,
Su claridad suave me recuerda
El trémulo fulgor de la mañana
Que en el mar se refleja.
Tu pupila es azul, y cuando lloras,
Las transparentes lágrimas en ella
Se me figuran gotas de rocío
Sobre una violeta
Tu pupila es azul, y en su fondo
Como un punto de luz radia una idea,
Me parece en el cielo de la tarde
¡Una perdida estrella!”
Continuará.
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