Y terminamos con estas dedicatorias a los internacionalistas.
La España de nuestra juventud no se parece en nada a
la de ahora, como está sobradamente demostrado. Las “crónicas” que se están
escribiendo en estos momentos sobre aquel entonces, están preñadas de
ideologías totalmente trasnochadas, llevando con ello mentiras, embelecos,
engaños, omisiones, etc. La verdadera idiosincrasia nacida del alma española,
no se ve por ningún sitio. Para eso están las organizaciones caciquiles,
auténticas tribus de lo políticamente correcto manejadas por ya sabemos quién,
que se ocupan, entre otras cosas, de alimentar al “pueblo soberano” con toda
clase frivolidades, fruslerías, chabacanerías, superficialidades, etc.
Hoy día la vida de los españoles, y sobre todo de la
juventud, está absorbida por la gran ventosa “monclovita”, que es la encargada
de cortar las amarras y maromas con el pasado, el cual quieren adaptar a su
modo de pensar. Ahí están la incapacidad, la ausencia, la carencia, la inopia,
etc, de entusiasmo, de emoción, de fervor, etc, por conocer nuestra verdadera
Historia reciente.
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