Como ya saben nuestros lectores, hemos escrito en este
blog, y en otros sitios, varios artículos sobre el socialismo y el comunismo.
Como hay que “recuperar la memoria histórica”, continuamos con el tema.
El socialismo aparece de una manera un tanto amorfa en
la Antigüedad, hablándose ya de comunidad de bienes. Personajes como Platón,
Pitágoras, y alguno más, fueron los padrinos del socialismo, que nunca llegó a
tener éxito completo, lo mismo que sucedió, y sucede, en estos tiempos.
En aquellos tiempos, estamos hablando del siglo V a.
de C., tanto en Grecia como en Roma, sus calles se vieron regadas por la sangre
de los “ricos”, que fueron asesinados por el odio de los “pobres” para
repartirse sus riquezas, con lo que estaríamos en las mismas: los “ricos”
convertidos en “pobres”, y éstos en ricos, con lo que se volvería otra vez a
las andanzas.
Quinientos años después, con la aparición del
Cristianismo, el socialismo prácticamente desapareció del mapa, ya que la nueva
doctrina era una nueva medicina que suponía dos grandiosos y excelsos cambios:
uno interno, que abarcaba inteligencias y comportamientos, y el otro externo,
que se refería al cambio social de la Humanidad. La Redención estaba servida.
Esta doctrina cristiana liberó al poder despótico y
tirano, indicando que la total y verdadera potestad y autoridad estaba en Dios.
Bien es cierto que aún quedan por ahí media docena de países dominados por el
socialismo, tales como Cuba, Corea del Norte, Venezuela, etc, todos ellos
sumidos en una pobreza y miseria total absoluta, mientras la “nomenklatura”
vive opulentamente a costa del “pueblo soberano” ( I )
Y terminamos con unas palabras de Marcelo Ollivier,
uno de los fundadores de la I.C., de la que después se separó, dirigidas a Luis
Araquistáin Quevedo, miembro del PSOE y perteneciente a la rama de Largo
Caballero, el “Lenin español”:
“Para los bolcheviques la clase obrera no
es más que una masa amorfa, sin conciencia y sin voluntad propia, que es
preciso poner en movimiento por la acción de elementos enérgicos que le imponen
su voluntad y la conducen a una dirección dada”
“La Internacional Comunista no es más que
una organización burocrática en manos de la dirección del partido ruso, la cual
se confunde con la dirección del propio gobierno soviético”. ( I I )
( I ).- Recomendamos leer los
comentarios sobre el libro “La vida oculta de Fidel Castro”, insertados
en este blog con fechas 28 y 29 de noviembre de 2.016.
( I I ).- “Historia política
de la zona roja”, autor Diego Sevilla Andrés, Ediciones RIALP, Madrid 1963,
páginas 179 y 180.
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