Como ya saben, la frase o expresión “como pez en el agua” es una de las más usadas en nuestro idioma español, y en otros idiomas, como por ejemplo el inglés, aunque con una variación: en ve de pez dicen pato. Para los efectos es lo mismo.
Dicho esto, el criminal chino Mao Tse Tung dijo en su
día que la revolución se agitaba y movía dentro del desconcierto, de la
anarquía, del desbarajuste, del caos, o como quieran ustedes llamarlo, como pez
en el agua. Tal parece que en estos momentos aquí en España estamos ante lo que
decía Mao.
Esta terrible situación en la que estamos inmersos,
por mor de este desgobierno que tenemos, tiene su origen en el sistema “partitocrático”
que padecemos, que nada tiene que ver con uno democrático, ni con los 17 reinos
taifas en los que estamos divididos que, además de desgarrar y despedazar la
unidad de nuestra Patria, hace que los españoles no seamos iguales, como dice
nuestra Constitución.
El Artículo 6 de nuestra Constitución dice que “Los partidos políticos expresan el
pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad
popular y son instrumento fundamental para la participación política. Su
creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a
la Constitución y a la ley. Su estructura interna y
funcionamiento deberán ser democráticos” ¿Se contempla esto en esta España actual? Pues
sencillamente, no, ya que lo que existe es precisamente todo lo contrario.
Como demostración de
esto que decimos, ahí está la manipulación y control de los “mass-media”, con
el objeto de inocular al “pueblo soberano” sus intereses políticos y partidistas
Si Antonio Gramsci levantara la cabeza, quedaría asustado.
Por otra parte, algunos
partidos, preferentemente el PPPSSSOOOEEE, son auténticas formaciones, o como
quieran llamarlas, para alcanzar y mantenerse en el poder a costa de lo que
sea, amén de controlar los poderes Ejecutivo, Legislativo y, diestra y
hábilmente, la Justicia, ya que deciden quiénes son las personas que forman sus
órganos regidores y dirigentes, como ocurre con el Consejo General del Poder
Judicial, del Tribunal Supremo, del Constitucional y de la Fiscalía General del
Estado.
En fin, estamos ante
una dictadura de partidos, “partitocracia” que, además de tener en sus manos
todo el poder de las diferentes actividades del Estado, nada quiere saber de lo
que piensan sus votantes pues, entre otras cosas, las listas de candidatos las
hacen las direcciones de los partidos, no “el pueblo soberano”.
Y para terminar, ¡qué
decir de los reinos taifas que tenemos! Pues simplemente un par de cosas:
derroche y despilfarro que nos están llevando a la ruina, y el pensamiento de
sus jefecillos con una mentalidad localista propia de frenópatas, de gárrulos,
de loquinarios, de tarúpidos, de truchimanes, de lelos, etc, de tambor y gaita.
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