viernes, 3 de junio de 2022

La República de la que nadie habla ( V )


 Y seguimos con la influencia soviética sobre la II República española que, como ya hemos dicho varias veces, se sigue omitiendo por los “historieteros” de ahora.

 Como decíamos en el anterior artículo,  en éste veremos someramente lo que decía Julián Besteiro ante la terrible situación de aquellos años.

 Como ya hemos dicho en otras ocasiones, el socialista profesor de Lógica Julián Besteiro Fernández, era uno de los pocos mandatarios de aquella nefasta República que tenía los pies en el suelo y la cabeza sobre los hombros, pues se encontraba desmarcado de los odios que existían y se fomentaban en la España de aquellos años, lo que le valió el desprecio de sus propios compañeros de partido. El mismo Indalecio Prieto reconoce que “ningún socialista fue tan ferozmente combatido como él por sus propios compañeros” ( I )

 Entre 1925 y 1932 fue presidente del PSOE, así como de la UGT que era, y es, el sindicato de dicho partido, y fue la figura indiscutible de la huelga revolucionaria de 1.917, dato este que se ha borrado de la historia.

 Son varios los motivos por los que este bondadoso y pacífico miembro del PSOE ha sido descabalgado de la reciente historia de España. Quizá el motivo principal sea el de no haber aceptado que su partido se afiliase a la Internacional comunista y no aceptar las imposiciones de Lenin, a la par que condenaba ya en aquellos años el sistema soviético.

 Otro de dichos motivos también puede ser que defendía a la Guardia Civil. Así lo reconoce Azaña:

 “Hay socialistas que no son enemigos de la Guardia Civil, por ejemplo, Besteiro, que hace tiempo me dijo: ‘Es una máquina admirable. No hay que suprimirla, sino hacer que funcione en favor nuestro”.  También dice que Besteiro estaba “muy apartado de las cosas de su grupo parlamentario”, diciendo luego que “no son hombres de gobierno”( I I )

 En este mismo libro,  cuenta Azaña que Besteiro se quejaba “del aislamiento en que se le tiene, de que no despachan con él los ministros . .” ( I I )

 En la página 223 cuenta Azaña que le dijo a Largo Caballero que temía por la dimisión del Presidente, es decir, de Besteiro. Largo contestó:

“¡Déjelo usted que se vaya de una vez!”. Y sigue Azaña:

 “Luego pasé yo al despacho de Besteiro. Aún estaba furioso. Dijo que Fernando había procedido como tonto que es, y que quizá no era todo tontería, sino maldad, pare echarle encima el grupo socialista”.

 Refiriéndose a la intervención de los comunistas, nos cuenta en la página 227:

 “No he salido de mis habitaciones en toda la mañana; cerca de las dos viene el director general de Seguridad, que me informa de los trabajos de organización que está haciendo y del nuevo servicio para investigar el comunismo en el ejército”.

 ( I ).- “Las tres Españas del 36”, autor Paul Preston, Editorial Debolsillo, página 232.

 ( I I ).- “Memorias políticas y de guerra”, Tomo I I, Ediciones Río Saja, diciembre 1.976, páginas 11, 34, 211

 Continuará.




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