Teodosio el Grande fue uno de los tres emperadores que España dio al Imperio Romano. Nació este segoviano en el año 346 y murió en Milán en el 395.
De joven había acompañado a su padre en las campañas
de África y Bretaña. Fueron tales sus hazañas que, cuando se retiró a descansar
en su pueblo natal, Coca, fue requerido por Graciano para que se pusiese al
mando de las tropas imperiales de Oriente. Se fue a Tesalónica, venciendo a los
godos. Una vez fallecido Graciano, Teodosio fue proclamado emperador romano.
En la citada Tesalónica ocurrió un hecho
importantísimo para la vida de Teodosio: el pueblo se sublevó contra la nobleza
goda matando a muchas personas. Teodosio
dio la orden para que toda ciudad que no fuese goda, la gente fuese pasada a
cuchillo.
Posteriormente se fue a la Basílica de Milán. A la
puerta estaba San Ambrosio, que no le dejó pasar, diciéndole: “Has vertido sangre inocente y no puedes
pasar”.
En ese momento, Teodosio reconoció su culpa y,
echándose a los pies de San Ambrosio, comenzó a llorar pidiéndole que le
perdonara. Y así lo hizo el patriarca.
Todavía tuvo que luchar en las Galias contra su
antiguo general Arbogasto, que quería poner como emperador al romano Eugenio.
Éste fue hecho prisionero y decapitado, mientras que Arbogasto se suicidaba. Esta circunstancia hizo a Teodosio emperador de Oriente y
Occidente.
Al fallecer, dividió el imperio entre sus dos hijos
Arcadio y Honorio.
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