viernes, 10 de junio de 2022

Personajes históricos. San Francisco


 Continuamos con personajes históricos,  ignorados por la inmensa mayoría al ser borrados de la Historia por motivos ideológicos y políticos. Hoy veremos algo sobre San Francisco de Asís.

Este santo tenía un apodo: el “Pobrecillo”. Su doctrina era sencilla y era querido por todo el mundo. Su nombre era Giovanni Bernardone. Nació en el año 1181 en Asís, ciudad situada en la Italia central. Su padre, Pietro Bernardone que, cariñosamente lo llamaba “Cecco”, era un acaudalado comerciante, que le enseñaba constantemente el arte de vender. Como estaba en buena posición económica, siempre corría con los gastos cuando salía con sus amigos, cosa que desagradaba a su padre.

En el año 1203, y debido a las guerras que por aquellos tiempos tenían lugar en Italia, se alistó junto con sus amigos, en un bando. Cayó preso del enemigo y estuvo encarcelado un año. Una vez que lo pusieron en libertad, cayó gravemente enfermo y, curado, se volvió a alistar, volviendo a enfermar otra vez. En esta ocasión, una vez recuperado de la enfermedad nuevamente, ya no volvió a alistarse, cambiando por completo el ritmo de vida que había llevado anteriormente.

En cierta ocasión, estando con sus amigos, quedó como en un éxtasis, cosa que sirvió de burla a sus compañeros. Lo dejaron solo y él se dirigió a una colina de la ciudad y poniéndose de rodillas comenzó a rezar.

Una vez se encontró con un leproso, y bajándose del caballo, le dio todo el dinero que llevaba. Comprendió que aquel enfermo necesitaba algo más que dinero, ya que era rechazado por todo el mundo. Le dio un abrazo y un beso en la frente. Desde ese momento se autoimpuso la obligación de visitar el hospital para estos enfermos, destinando al socorro de éstos el dinero que antes despilfarraba con sus amigos.

San Francisco, junto con dos discípulos suyos, fundó la comunidad “Los hermanos pobres de Asís” (franciscanos), que vivían en chozas junto al hospital de leprosos. Trabajaban en granjas y como sirvientes en la ciudad. De esto vivían. Sus discípulos y compañeros le llamaban Padre, diciéndoles que no le llamaran así, sino “frater” (fraile o hermano). Por esta razón los citados franciscanos son frailes y no monjes.

Por su modo de vida sencillo, eran objeto de burlas. Incluso algunos sacerdotes los calificaban de heréticos, siendo apedreados varias veces y echados de la ciudad. Los obispos les negaban incluso hasta la predicación, hasta que el Papa Inocencio III los autorizó.

Su amor por los animales era inmenso. Hablaba del “hermano conejo” y de la “hermana golondrina”.

Cayó gravemente enfermo. En sus manos y pies surgieron unas extrañas heridas, como si un clavo hubiese taladrado sus carnes. Falleció el 3 de octubre de 1226 en una choza próxima al hospital de leprosos.

En fin, San Francisco fue un santo humilde que inspiró el nombre del nuevo Pontífice.



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