Hemos oído en cierta ocasión a un tipo, que hablaba con una pedantería infumable y que era más basto que llevar un cerdo a la ópera, decir “no me toquéis el violín de Ingres”, refiriéndose a que estaba enfadado o molesto. Quiso decir no me toquéis los dídimos.
Este badulaque ignorante, seguro
que oyó alguna vez lo de tocar el violín de Ingres sin tener ni idea de lo que
quiere decir esta expresión. Nosotros vamos a explicárselo pidiéndole una cosa:
que no se presente a las próximas votaciones, que no elecciones, aunque vaya el
último en la lista, ya que decía “voy a cargarme
al alcalde de Oviedo”, refiriéndose al del PP de aquel entonces.
Esta frase, señor “político” que,
salvo excepciones muy puntuales, hoy prácticamente no se usa, siendo además su
significado total y absolutamente desconocido por el “pueblo soberano”, se usa
y se emplea cuando hay que referirse a personas que, conocidas por motivos
profesionales, sean de la índole que sean, se les nombra para destacar otro aspecto
que nada tiene que ver con su profesión.
Dicho esto, expliquemos cuál es
el origen de esta expresión. El pintor francés J.A. Dominique INGRES, era
también un gran violinista, como también lo era Albert Einstein. Los
instrumentos musicales siempre atrajeron a muchas personas, cuya profesión nada
tenía que ver con la música. Aparte de Einstein, podríamos poner otro par de
ejemplos: Bill Clinton y su gran pasión por el saxofón, o Woody Allen por el
clarinete, al que pudimos ver y escuchar los ovetenses en el año 2005 en el
Auditorio de Oviedo.
Es decir, señor “político”: esta
frase o expresión se usa para referirse a las aficiones que tienen ciertas
personas conocidas por otras facetas o cosas que nada tienen que ver con su
profesión o con su actividad ¿Se ha enterado?
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