Como habrán observado, estos días pasados se palpaba en el ambiente electoral de las elecciones andaluzas de hoy domingo día 19 de junio, los términos “izquierda” y “derecha”, amén de otros, no como opciones políticas en las que los candidatos toleren y respeten sus lógicas discrepancias, sino como vocablos que expresan antagonismo, descalificación e incluso violencia entre los adversarios electorales.
Algunos partidos no se dan cuenta que el apelar a tales conceptos para capturar votos, no tiene sentido. Al fin de cuentas, el que un partido gane unas elecciones, no es porque lo hayan votado sus militantes o sus simpatizantes, sino porque, a última hora, el voto “infiel”, el voto “variable”, es decir, el voto de las personas sin adscripción ideológica, es el que desequilibra la balanza. Esto es debido que la gente, en general, se preocupa más por los problemas (paro, inseguridad, terrorismo, marginación, incultura, etc) que por las ideologías. Éstas, muchas veces, dificultan las elecciones y la convivencia.
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