Como decíamos en la anterior entrega, en ésta veremos algos el ser humano en la Prehistoria.
Como ya es sabido, las personas somos distintas a los
animales, siendo la principal diferencia la inteligencia, frente al instinto.
Otra diferencia importante es que, precisamente por la inteligencia, las
personas usan las manos para hacer todo aquello que le pueda beneficiar, aunque
muchas veces esto no es así.
Hay científicos que dicen que la persona desciende de
un primate que hace millones de años vivía en los árboles. También dicen que
los monos, simios, chimpancés, orangutanes y gorilas también procede de un
primate ¿Y quién hizo ese primate? ¿De dónde vino? La respuesta es obvia: tuvo
que haber un Creador.
Por otra parte, hay quien habla de la evolución de
Darwin. Esta teoría tiene un gran fallo: Darwin no conocía la existencia de los
genes, y por tanto del ADN, que es la misteriosa base de la vida.
Dichos científicos creían en un principio que la
primera persona había aparecido en Asia, aunque después dijeron que había
aparecido en África.
Después nos hablan de “australopithecus”,
“pitecántropos”, “homo habilis”, del hombre de Neanderthal, del de Cro-Magnon,
etc.
Lo cierto es que ahí está el “homo sapiens”, mientras
que los mentados monos, simios, chimpancés, orangutanes y gorilas siguen en sus
trece y están como hace millones de años.
En la próxima entrega veremos algo sobra el reloj.
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