Como estamos en tiempos de “recuperación de memoria histórica”, vamos a ello recordando lo que decía su “Sanchidad” en enero de 2020 en su discurso de investidura:
“Nuestros enemigos, señorías, son la
injusticia, el odio y el fanatismo. Y el único sentido de un cordón sanitario
es precisamente ese, evitar el acceso de las ideas extremistas a posiciones de
poder desde la que puedan dañar la convivencia. Por eso, cualquier cordón
sanitario que se establezca no se va a dirigir a las personas, se dirigirá a
las ideas”.
¿Qué proyecto tenía, y tiene este sujeto? Pues nada
más y nada menos que el mismo que tenía el Bobo Solemne: el de la ingeniería
social, que tenía, y tiene por objeto dividir a los españoles por los temas de política,
género y religión, amén de querer destruir nuestra Patria bajo la frisa de
frases y vocablos fascinantes y seductores, como por ejemplo, democracia,
libertad, tolerancia, prosperidad, bonanza, progreso, etc, etc.
Otra característica de la personalidad de este sujeto
es el descaro y el cinismo. Si efectivamente sus enemigos son la injusticia, el
odio y el fanatismo, ¿cómo se entiende su alianza bon BILDU, heredero de ETA,
banda autora de cientos y cientos de asesinatos, amén de mutilados? ¿Acaso no
son estos “nuestros enemigos”?
Otra alianza es con “Podemos”, siempre dispuesto a
engañar y mentir, amén de estar dispuesto también a incendiar la calle con sus
hostigamientos a todas aquellas personas que no comulguen con sus principios.
En fin, su “Sanchidad” lo que sí ha hecho es convertir
la democracia en una ideocracia que, como ya sabrán, era una forma de poder de
la Alemania nazy, de la derrumbada URSS, de las actuales Corea del Norte y
Cuba, etc, en donde el Estado, el partido y la ideología están totalmente
fundidos.
Continuará.
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