martes, 7 de febrero de 2023

Historia, no historieta, “Sanchidad” ( I I I )


 

Y seguimos con el tema de lo acontecido en aquella nefasta Segunda República Española que fue un “legado de luz”, según manifestó su “Sanchidad” en su día por aquello de “recuperar la memoria democrática” suya, y la “memoria histórica” de su colega Zapatero.

Como ya sabrán, en las cuencas mineras de Palencia, León y Asturias, la fuerza política primordial era el socialismo. Entre febrero y octubre de 1934 tuvieron lugar seis huelgas en las que tomaron partes unidos anarquistas, socialistas y comunistas. Por otra parte, los trabajadores de las fábricas de armas de Asturias, desde el mes de marzo, empezaron a robar armas, amén de robar también la dinamita de las minas. De esta forma, los revolucionarios se armaron con fusiles, ametralladoras, pistolas y cartuchos de dinamita, todo ello guardado y escondido clandestinamente.

En contradicción con el resto de España, en Asturias, como decíamos antes, se unieron anarquistas, socialistas y comunistas con el objetivo se hacer juntos la revolución, obviamente, siendo proclamado un Comité Revolucionario, con alguna disconformidad.

El socialista asturiano Ramón González Peña, que fue ministro de Justicia (1938-1939) durante el gobierno de Juan Negrín, además de ser diputado por Huelva, que huyó a Francia y posteriormente a Méjico, donde falleció en 1952, fue el líder de la revolución. Dicho Comité Revolucionario acordó que, según se fueran conquistando ciudades, se irían creando Comités Locales.

Una vez iniciada la revolución, fueron atacados pequeños cuarteles de la Guardia Civil. En los primeros ataques se produjeron fuertes y severas luchas, rindiéndose varios cuarteles. Según iba transcurriendo el tiempo, los enfrentamientos cada vez eran más sanguinarios, aumentando constantemente el número de víctimas, asunto este que sirvió para que muchas personas se unieran a los revolucionarios.

El primer ayuntamiento en caer fue el de Mieres, a pesar estar defendido y protegido por la Guardia de Asalto, cuyo cuartel fue tomado por los revolucionarios que utilizaron grandes cantidades de dinamita. Desde el balcón del Ayuntamiento quedó proclamada la República Socialista, aunque en las zonas que cayeron bajo las manos de anarquistas, lo que se proclamó fue el Comunismo Libertario.

El 6 de octubre fue tomada la Fábrica de Armas de Trubia, con lo que los revolucionarios ya podían contar con artillería. En ese mismo día los mineros entran en Oviedo, tomando también el Ayuntamiento, haciéndose al día siguiente con la estación del ferrocarril, cayendo al día siguiente el Banco de España y el cuartel de la Guardia Civil, haciéndose también con la Fábrica de Armas de Oviedo el día 9, amén de volar muchos edificios. A pesar de todo esto, la sublevación revolucionaria fue controlada en muchos sitios de Asturias.

¿Es esto “la memoria democrática compartida” y “el legado de luz” republicano que su “Sanchidad” dixit”.

Nota.- En imagen nichos destrozados por los rojo-republicanos en el Cementerio Viejo de Oviedo.

Continuará.



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