Según el Diccionario de los “inmortales” de la RAE, la
palabra jeta tiene varias acepciones, de las que destacamos: “Hocico de
cerdo”, y “Caradura”.
El populismo, la demagogia y la logomaquia de su
“Sanchidad”, no tienen nombre. Y si a esto añadimos la jeta que tiene, entonces
estaremos ante un ser incalificable pues, entre otras cosas, las cabriolas y
contorsiones que hace para no hablar de los grandes problemas en los que
estamos inmersos, ya no se los cree nadie. Sólo se le ve autobombo y pavoneo,
así como también se le ve la alfalfa cada vez que abre la boca.
Como ya sabrán, en la última sesión de control al
Gobierno, mejor dicho, al desgobierno, dijo ufanamente que daba la cara y que,
cuando surgía algún problema, “me empeño en resolverlo” ¿En resolverlo,
o en complicarlo? ¡Vaya jeta que tiene el tío!
En fin, este jeta, a pesar de que se está dando cuenta
de que en las próximas elecciones va a llevar un gran varapalo, hará todo lo
posible para conservar la poltrona “monklovita”.
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