jueves, 23 de febrero de 2023

Estulticia, malicia, milicia e ilusionismo


 

Como ya sabrán, Baltasar Gracián y Morales fue un escritor jesuita del Siglo de Oro que, entre otras cosas, fue un gran prosista y filósofo. De sus muchas obras destaca “El Criticón”, símbolo y emblema de la vida humana, obra que fue comparada por su gran distinción y calidad con La Celestina y con El Quijote. Una de sus ocurrencias fue la de “contra malicia, milicia”.

Dicho esto, los “internacionalistas” del desgobierno de España se valen de esto, y de la estulticia del “pueblo soberano”, para conseguir sus fines. La malicia la usan para desprestigiar, ultrajar, maldecir, etc, a los “otros”. Y cuando éstos se ofenden por tales tratos y salen a la palestra para defenderse, es cuando los “internacionalistas” usan la milicia. Esto es lo que sucede en estos tiempos aciagos.

El quehacer de estos politicastros ha llevado a que España no la “conozca ni la madre que la parió”, como dijo en su día Alfonso Guerra. Como ya saben, naciones con una población muy inferior a la nuestra, como Suecia, Bélgica, Suiza, Holanda, etc, tienen el respeto, admiración, estima y consideración de todo el mundo. Pero España pinta menos que la blanca doble.

Por otra parte, dichos politicastros han inculcado a la gente, sobre todo a la juventud, que tiene una ignorancia supina ( I ), lo de que los conceptos de Nación y Patria son un cuento. Si Séneca levantara la cabeza quedaría asustado, ya que en su día dijo que nadie quería a su nación por ser grande, sino por ser suya.

La verdad es que, aunque esto no aparezca en los “mass-media” del régimen, hay muchos millones de españoles indignados ante la insignificancia, insuficiencia, mediocridad y falta de juicio de los “internacionalistas” del desgobierno, por mucho que saquen a la luz su inexistente boato y lujo de las apariencias, amén de sus ilusionismos.

En fin, todas aquellas personas que se dediquen a desenmascarar a estos sujetos “internacionalistas” de sus mentiras, de sus codicias, de sus ardores, de sus injurias, de sus ultrajes, de sus vilipendios, de sus soberbias, de sus petulancias, de sus jactancias, de sus ambiciones y ansias de poder, serán castigados con la milicia por su malicia.

( I ). En cierta ocasión oímos a un joven decir que su padre era un gran músico, ya que tocaba varios instrumentos, entre ellos el ORGASMO. Otro muchacho, al que el profesor le había dicho que dibujase un triángulo en el encerado, le preguntó que de cuántos lados.



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