Como ya hemos escrito varias veces, la juventud actual es de una ignorancia supina por culpa del desastroso sistema de enseñanza que tenemos, amén de las “enredes” sociales de que disponen y en las que están inmersos constantemente como auténticos “telefonópatas”. De esto se aprovecha su “Sanchidad” y su “complexo” para manejarlos e inculcarles lo que interesa.
Así, por ejemplo, se
propagan mentiras, disparates, falsedades, argucias, quimeras, falacias, engaños,
bulos, falsa historia, ofensas, insultos y todo lo que ustedes quieran. El
grave problema es que para estos “telefonópatas” lo que aparece en dichas
“enredes” sociales es el último y auténtico dictamen, cayendo en el sofisma “ad
verecundiam”: lo dijo Blas, punto redondo. De esta forma, la ignorancia y los
errores campan por sus respetos dentro de “los muros de la Patria mía”
En fin, con este
asunto, y con otros varios, el desgobierno de su “Sanchidad”, está creando un
costosísimo ámbito en el que se instauran toda clase de conflictos irreales y
ficticios, ofreciendo al “pueblo soberano” todo tipo de remedios y enmiendas
totalmente erróneas e improcedentes.
Para hacer todo esto, y
mucho más, se requiere un buen montaje de asesores y consultores, amén de crear
ciertos ministerios, que más bien parecen misterios, de cuyos presupuestos
viven a la gran Dumont muchos, muchas y “muches”, con sus cochazos, su
servidumbre, sus chaletazos, etc.
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