Continuamos con los libros “Poesía
española del Siglo de Oro”, Ediciones 29, Madrid 1990, 113 páginas; "Los
mejores romances de la lengua castellana", Edicomunicación, S.A.,
1999, 256 páginas, y “Gustavo Adolfo Bécquer. Rimas y Leyendas”,
Editorial EDIMAT LIBROS (Ediciones y Distribuciones Mateos), Madrid 1999, 317
páginas incluido “Índice”.
En la página 32 del primer libro, figura
una poesía de Pedro de Andrade Caminha. Dice así:
“Endechas”
“A mi vida llena
de enojos, enojos,
ojos dieran pena,
muerte darán ojos.
Diéronme cuidados,
engaños, engaños,
daños no pensados,
nunca vistos daños.
Duras ansias mías,
tristes cuentos, cuentos,
tormentos los días,
las noches tormentos.
Nunca al dolor mío
valió ruego, ruego,
ciego que me guío
por sólo otro ciego.
Vásame la vida
volando, volando,
llegando a perdida
mas nunca llegando.
¡Oh si ya llegase
la mi muerte, muerte,
suerte que acabase
mi tan dura suerte!”.
En las páginas 129 y 130 del segundo libro
aparece el romance intitulado “Romance de la guirnalda de rosas”. Dice así:
.- Esa guirnalda de rosas,
Hija, ¿quién te la endonara?
.- Donómela un caballero
que por mi puerta pasara,
tomárame por la mano,
a su casa me llevara,
en un portalico escuro
conmigo se deleitara,
echóme en cama de rosas
en la cual unca fui echada
hízome, no sé qué hizo,
que dél vengo enamorada;
traigo, madre, la camisa
de sangre toda manchada.
.- ¡Oh, sobresalto rabioso,
que mi ánima es turbada!
si dices la verdad, mi hija
tu honra no vale nada:
que la gente es mal diciente,
luego serás deshonrada.
.- Callades, madre, callades,
calléis, madre muy amada,
que más vale un buen amigo
que no ser mal maridada.
Dame el buen amigo, madre,
buen mantillo y buena saya:
la que cobra mal marido
vive malaventurada.
.- Hija, pues queréis así,
Tú contenta, yo pagada”.
En las páginas 41 y 42 del tercer libro,
aparece la siguiente rima de Bécquer:
“Si al merecer las azules campanillas
De tu balcón,
Crees que suspirando pasa el viento
Murmurador,
Sabe que oculto entre las verdes hojas,
Suspiro yo.
Si al resonar confuso a tus espaldas
Vago rumor,
Crees que por tu nombre te ha llamado
Lejana voz,
Sabe que, entre las sombras que te cercan,
Te llamo yo.
Si se turba medroso en la alta noche
Tu corazón,
Al sentir en tus labios un aliento
Abrasador,
Sabe que, aunque invisible, al lado tuyo
Respiro yo”
Continuará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario