jueves, 9 de febrero de 2023

Poesía del Siglo de Oro, Los mejores romances de la lengua castellana y Rimas y Leyendas de Bécquer ( X V ).


 


Continuamos con los libros “Poesía española del Siglo de Oro”, Ediciones 29, Madrid 1990, 113 páginas; "Los mejores romances de la lengua castellana", Edicomunicación, S.A., 1999, 256 páginas, y “Gustavo Adolfo Bécquer. Rimas y Leyendas”, Editorial EDIMAT LIBROS (Ediciones y Distribuciones Mateos), Madrid 1999, 317 páginas incluido “Índice”.

En la página 32 del primer libro, figura una poesía de Pedro de Andrade Caminha. Dice así:

“Endechas”

“A mi vida llena

de enojos, enojos,

ojos dieran pena,

muerte darán ojos.

Diéronme cuidados,

engaños, engaños,

daños no pensados,

nunca vistos daños.

Duras ansias mías,

tristes cuentos, cuentos,

tormentos los días,

las noches tormentos.

Nunca al dolor mío

valió ruego, ruego,

ciego que me guío

por sólo otro ciego.

Vásame la vida

volando, volando,

llegando a perdida

mas nunca llegando.

¡Oh si ya llegase

la mi muerte, muerte,

suerte que acabase

mi tan dura suerte!”.

En las páginas 129 y 130 del segundo libro aparece el romance intitulado “Romance de la guirnalda de rosas”. Dice así:

.- Esa guirnalda de rosas,

Hija, ¿quién te la endonara?

.- Donómela un caballero

que por mi puerta pasara,

tomárame por la mano,

a su casa me llevara,

en un portalico escuro

conmigo se deleitara,

echóme en cama de rosas

en la cual unca fui echada

hízome, no sé qué hizo,

que dél vengo enamorada;

traigo, madre, la camisa

de sangre toda manchada.

.- ¡Oh, sobresalto rabioso,

que mi ánima es turbada!

si dices la verdad, mi hija

tu honra no vale nada:

que la gente es mal diciente,

luego serás deshonrada.

.- Callades, madre, callades,

calléis, madre muy amada,

que más vale un buen amigo

que no ser mal maridada.

Dame el buen amigo, madre,

buen mantillo y buena saya:

la que cobra mal marido

vive malaventurada.

.- Hija, pues queréis así,

Tú contenta, yo pagada”.

En las páginas 41 y 42 del tercer libro, aparece la siguiente rima de Bécquer:

“Si al merecer las azules campanillas

De tu balcón,

Crees que suspirando pasa el viento

Murmurador,

Sabe que oculto entre las verdes hojas,

Suspiro yo.

Si al resonar confuso a tus espaldas

Vago rumor,

Crees que por tu nombre te ha llamado

Lejana voz,

Sabe que, entre las sombras que te cercan,

Te llamo yo.

Si se turba medroso en la alta noche

Tu corazón,

Al sentir en tus labios un aliento

Abrasador,

Sabe que, aunque invisible, al lado tuyo

Respiro yo”

Continuará.




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