El título completo del libro es “El PSOE contra la
prensa. Historia de un divorcio”, autor José Cavero, periodista y analista
político, Ediciones Temas de Hoy, 1991, 301 páginas. La obra consta de XIII Capítulos, e “Índice Onomástico”, páginas 295 a 301.
Nos ha llamado la atención el Capítulo I I I
intitulado “La prensa cómplice y la prensa hostil”, páginas 67 a 94.
Dentro de este Capítulo, en donde se puede leer varios textos en los que la
dirección socialista mostraba sus desavenencias, divergencias y desacuerdos con
la prensa en los tiempos de Felipe González Márquez, en las páginas 92 y 93 se
lee lo siguiente:
“15. En su primera reunión tras el X X X I
I Congreso, ya en marzo de 1991, el Comité federal del PSOE aprobaba un
documento en el que se avalaba la política del Gobierno en materia económica e
internacional, se proponía una serie de pactos al resto de las fuerzas
políticas . . . y se efectuaban serias críticas contra tres sectores concretos:
el financiero, el religioso y el de los medios de comunicación social. En
concreto, en una de sus reflexiones, y tras señalar que dos de cada cuatro
ciudadanos españoles piensan que hoy se vive la mejor época del siglo, se
añadía que ese optimismo generalizado contrasta más aún con prácticas que
cuestionan la legitimidad de los representantes políticos, confunden la
libertad de expresión con la difamación y el libelo, contribuyen a generar una
cierta polución moral y a extender el cinismo frente a la política y las
instituciones democráticas”.
En fin, no comentamos nada porque el texto se comenta
por sí mismo.
También nos ha llamado la atención el Capítulo V I I
I intitulado “Estalla el ‘Caso
Guerra’. Comienza el conflicto”, páginas 167 a 192. En la página 175 y
siguientes se leen los dichos, agudezas, picardías, etc, que se le ocurrían a
Alfonso Guerra, “pronunciadas sobre sí mismo o sobre sus adversarios
Políticos”. Ahí van algunas:
“En la sociedad española, los chorizos
siempre han tenido un cierto éxito” ¡Qué razón tenía!
“Yo creo que entre los socialistas no hay tráfico
de influencias. Y si existiera, se debería denunciar y extirparlo radicalmente”.
Sin comentarios.
“No soy machista, puede creerme. De
ninguna manera soy machista. Lo que soy es antifeminista”.
“El grupo de ineptos más importante que
hay en este país se llama UCD”.
“Si tuviera que cambiarme de nombre, me
llamaría Armando Guerra”.
Refiriéndose a Jordi Puyol, decía:
“No se puede ser Napoleón en el siglo X X
y príncipe de Andorra sustituyendo a un obispo”.
“Gerardo Iglesias a partir de las seis de
la tarde ya no articula bien las palabras”.
Ahora vamos a ver lo que decían de él ciertos
políticos.
El comunista Julio Anguita decía: “Su dimisión
constituye un éxito de la democracia”.
Alejando Rojas Marcos (Partido Andalucista): “Debería
dimitir también como diputado por mentir al Parlamento”, y “Guerra a
jugado a la calumnia en este país”.
Luis Jacinto Ramallo García, Presidente de la Junta
Regional de Extremadura: “ . . . un gran payaso y un impresentable”
Ignacia de Loyola Palacio, primera mujer ministra de
Agricultura, Pesca y Alimentación, amén de ser también la primera española
vicepresidenta de la Comisión Europea: “Guerra daba carnaza y ofrecía
circo”.
En fin, recomendamos leer este interesantísimo libro.
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