La verborrea de los políticos es un
formidable instrumento propagandístico para imponer cierto tipo de ideologías.
Vemos como individuos, individuas e “individues” que a todas horas se les llena
la boca con libertad, democracia, paz, respeto, progresismo, memoria histórica,
etc, etc, a la hora de la verdad no tienen nada de todo esto.
Sin embargo, con una calígine mental y unos
criterios propios del más puro fanatismo, tildan a los “conservadores” de
retrógrados, reaccionarios, fascistas, inmovilistas, ultras, integristas, etc,
etc. Los típicos tópicos de siempre, vamos, sin olvidarnos del último
“invento”: el de “casposos”
Quizá el concepto más manoseado sea el de la
libertad ¿Cuántos millones de personas han sido asesinadas por mor de este
tema? La destartalada URSS luchaba por la “libertad”
de los pueblos, y ya sabemos lo que había detrás.
También la palabra democracia figura como
consigna y lema en regímenes que son auténticos campos de concentración.
Teóricamente en estos momentos en España
disfrutamos de una “democracia”. Pero a poco que nos fijemos en las constantes
leyes, normas, reglamentos, etc, que no dejan de ser imposiciones por rodillo,
existe una represión que podríamos calificar de guante blanco.
Otra cosa con la que también se les llena la
boca es con lo de “respeto a las minorías”. Pero estas “minorías” son las que
con una felonía y desafuero propios de mentes subhumanoides, están destruyendo
y aniquilando toda nuestra cultura, con todo lo que esto conlleva.
Pero, claro, oiga, para eso somos “progres”.
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