¿No hay que “recuperar la memoria histórica”
“zapateril” y la “democrática” de Su Sanchidad? Pues vayamos a ello.
El 14 de marzo de 1.936, ya con el Frente Popular en
el poder, se reúnen por primera vez las Cortes. Es invitado a ocupar
interinamente la presidencia el diputado de más edad, el marino monárquico
Ramón Carranza. Ocupan las secretarías los diputados más jóvenes. Tras meras
cuestiones de trámite, don Ramón acuerda levantar la sesión hasta el día
siguiente. Cuando abandona el puesto, un diputado le increpa: “No basta
eso”. “¿Qué?”, pregunta Carranza. “Hay que dar una viva a la República”,
replica el diputado. “¡No me da la gana!”, contesta Carranza,
produciéndose el consiguiente alborozo, que sería el primero de las Cortes
recién estrenadas.
La minoría comunista, que por primera vez toma asiento
en el Parlamento español, se pone en pie, presidida por la Pasionaria. Todos
los demás diputados del Frente Popular secundan a los comunistas y estallan en
gritos e insultos. El diputado comunista Vicente Uribe, levanta el puño y
comienza a cantar la Internacional que no era, ni mucho menos, el himno de la
República.
¡Qué demonios tendría que ver el puño en alto y la
Internacional comunista con una verdadera República!
Continuará.
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