Según el Diccionario de los “inmortales” de la RAE, politicastro es: “Político inhábil, rastrero, mal intencionado, que actúa con fines y medios turbios”.
Como ya saben, los de la internacional de la mentira,
del odio y del terror, hablan constantemente de libertad y democracia,
poniéndonos como ejemplos regímenes totalitarios como los de Corea del Norte,
Venezuela, Cuba (“el modelo referencial”), etc. Pero el país que nunca
mencionan es Suiza, que tiene una democracia directa, siendo el federalismo y
la neutralidad los pilares primordiales del sistema, que lo hacen sólido,
firme, estable, equilibrado y equitativo. Además, no existe partido político
que influya en ninguna de las dos cámaras del Parlamento. Por otra parte, el
Gobierno está formado por siete personas que representan a los cuatro partidos
mayoritarios.
Visto lo anterior, y visto también el “complexo” de
individuos, individuas e “individues”, de escasa o bajísima calidad
profesional, que están rigiendo los destinos de esta destartalada España, nos
entran muchas dudas sobre ese sistema “democrático” del que tanto vocean.
Estos voceros y trompetistas del sistema se encargan
de crear divisiones y fragmentaciones artificiales, esparciendo y dispersando a
través de los “mass-media” el engaño, la mentira, el odio, el rencor, el
embeleco, la artimaña, la treta, la farsa, la falsedad, el bulo, etc, etc, y a
veces hasta la violencia. El objetivo ya sabemos cuál es: la conquista del
poder y mantenerse en él sea como sea.
Como ya saben también, dichos voceros y trompetistas
pululan además en las redes sociales, en las que se acogen todo lo habido y por
haber, ya sea de “famosos”, asuntos de corazón y catre, etc, cayendo en el
sofisma “ad verecundiam”: lo dijo Blas, puno redondo, siendo en este caso Blas
dichas redes sociales.
En fin, estos politicastros no piensan en resolver los
graves problemas que tenemos, sino que se ocupan como los toreros de mirar al
tendido, no viendo el peligro que acecha.
Visto lo anterior, y otras muchas más cosas, ¿no
sienten envidia sana por el sistema suizo? Pero, claro, oiga, el “pueblo
soberano” con pan y circo ya tiene bastante.
Y terminamos con lo que decía Herodoto de Halicarnaso
hace casi 2.500 años: “es más fácil embaucar a muchos juntos, que a uno solo”.
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