miércoles, 10 de noviembre de 2021

¿Políticos, o politicastros?


 Según el Diccionario de los “inmortales” de la RAE, politicastro es: “Político inhábil, rastrero, mal intencionado, que actúa con fines y medios turbios”.

Como ya saben, los de la internacional de la mentira, del odio y del terror, hablan constantemente de libertad y democracia, poniéndonos como ejemplos regímenes totalitarios como los de Corea del Norte, Venezuela, Cuba (“el modelo referencial”), etc. Pero el país que nunca mencionan es Suiza, que tiene una democracia directa, siendo el federalismo y la neutralidad los pilares primordiales del sistema, que lo hacen sólido, firme, estable, equilibrado y equitativo. Además, no existe partido político que influya en ninguna de las dos cámaras del Parlamento. Por otra parte, el Gobierno está formado por siete personas que representan a los cuatro partidos mayoritarios.

Visto lo anterior, y visto también el “complexo” de individuos, individuas e “individues”, de escasa o bajísima calidad profesional, que están rigiendo los destinos de esta destartalada España, nos entran muchas dudas sobre ese sistema “democrático” del que tanto vocean.

Estos voceros y trompetistas del sistema se encargan de crear divisiones y fragmentaciones artificiales, esparciendo y dispersando a través de los “mass-media” el engaño, la mentira, el odio, el rencor, el embeleco, la artimaña, la treta, la farsa, la falsedad, el bulo, etc, etc, y a veces hasta la violencia. El objetivo ya sabemos cuál es: la conquista del poder y mantenerse en él sea como sea.

Como ya saben también, dichos voceros y trompetistas pululan además en las redes sociales, en las que se acogen todo lo habido y por haber, ya sea de “famosos”, asuntos de corazón y catre, etc, cayendo en el sofisma “ad verecundiam”: lo dijo Blas, puno redondo, siendo en este caso Blas dichas redes sociales.

En fin, estos politicastros no piensan en resolver los graves problemas que tenemos, sino que se ocupan como los toreros de mirar al tendido, no viendo el peligro que acecha.

Visto lo anterior, y otras muchas más cosas, ¿no sienten envidia sana por el sistema suizo? Pero, claro, oiga, el “pueblo soberano” con pan y circo ya tiene bastante.

Y terminamos con lo que decía Herodoto de Halicarnaso hace casi 2.500 años: “es más fácil embaucar a muchos juntos, que a uno solo”.



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