martes, 16 de noviembre de 2021

Tiempos de tolerancia


 Como ya saben, estamos en tiempos de tolerancia. Sobre este asunto ya hemos escrito varias veces algo en este blog.

La tolerancia, es un vocablo manido y usado al que se recurre cuando interesa. Se la considera como un bien total y absoluto que debe protegerse y defenderse con uñas y dientes, y si es necesario, con capa y espada.

Pero, claro, oiga, esta protección y defensa debe hacerse siempre y cuando que lo que haya que tolerar sea “políticamente correcto, “intensamente contemporáneo” y que además cuente con la bendición de los profilácticos “pensadores químicos” y de los semáforos de la palabra culta y “buenas costumbres”.

Esta “élite” de la tolerancia, suele estar impregnada de ideas dogmáticas, doctrinarias y autoritarias, por mucho que lo disimulen. Suele ser como un león domesticado en los edenes de la trampa y de la mentira, que ve enemigos por todas partes, ya que está imbuida de mucho temperamento, pero de poca razón porque, entre otras cosas, lo que pretende y persigue es desencajar y derrumbar todos los valores éticos y morales.

Dicha “élite” cuenta con la inepcia de los “mass-media” controlados por ya sabemos quién: por los que confunden la arbitrariedad con el poder, que son los encargados de sembrar el descontento, el enojo, la desilusión, la decepción, el resentimiento, el rencor, la animosidad, el odio, etc., perdiendo el tiempo en asuntos y debates interminables, que nada tienen que ver con la realidad social.

También persigue esta “élite” el poner el mismo uniforme a las masas, lo que conlleva a la total desaparición de la libertad de pensamiento.

Y terminamos con una frase del gran escritor alemán Thomas Mann:

“La tolerancia es un crimen cuando lo que se tolera es la maldad”.



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