Como ya hemos dicho en la anterior entrega, esta frase latina significa «la corrupción de los mejores es la peor de todas».
Dicha corrupción ha invadido todos los campos, ya sean políticos, estatales, sociales, etc. Ahí quedan la financiación de las campañas electorales para comprar el voto y beneficiarse del poder, traicionando los más elementales principios democráticos ¿Alguien puede izar la bandera de la ética? Pocos serían.
La logomaquia que se emplea para tapar la corrupción, va desde los propios
corruptos que lían y embrollan sus modos de vida, hasta la Justicia que no
actúa de forma tajante y leal porque se ve mangoneada por los políticos, al que
les importe un bledo, dos cominos y tres dídimos la clarividencia y la verdad.
En fin, da verdadera pena ver como España aparece ante el mundo como una nación descompuesta por mor de un sectarismo sin nombre. Mientras no se combata esta descomposición galopante que padecemos, nuestra credibilidad ante el mundo seguirá siendo paupérrima. La casta política al no tener quien le ponga freno seguirá con sus filfas y fementidos. Y con la cabeza bien alta.
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