martes, 2 de noviembre de 2021

Personajes históricos. Alfred Nobel ( I )


 Como ya hemos dicho anteriormente, vamos a narrar de una manera somera, la vida de unos personajes que, por diversas razones, destacaron o  influyeron en la Historia de la humanidad.  Muchos de ellos, por distintos motivos, o bien han sido borrados de dicha Historia, o bien se ha mentido o tergiversado su historia o sus obras. Ahora le toca el turno a Alfred Nobel, como habíamos dicho en la anterior entrega.

Alfred Nobel, como es sabido, ha hecho famosas a  muchas personas que han sido galardonadas con el premio que lleva su apellido. A pesar de haber sufrido bastante en su vida y de conseguir todo lo que se propuso, hubo una cosa que no logró: la pacificación mundial, que era su ardiente deseo.

Allá por el año 1.861, un grupo de banqueros parisinos accedieron a recibir a regañadientes la visita de un joven sueco llamado Alfredo Nobel, que decía haber hecho un gran descubrimiento: un aceite capaz de hacer estallar la Tierra. Evidentemente los banqueros le denegaron su ayuda.

Sin embargo, el tema llegó a oídos de Napoleón I I I quien, hablando con un rico banquero, permitió que Nobel regresara a su patria con 100.000 francos de entonces.

En aquellos tiempos se usaba la nitroglicerina en medicina en enfermedades del corazón, aunque este “medicamento”  se le consideraba sospechosamente como explosivo, ya que podía estallar en determinados momentos y en determinadas condiciones, aunque no se sabían cuáles eran. Se había observado que si se sacudía la vasija que contenía la citada nitroglicerina, estallaba. A partir de aquí es cuando Alfredo Nobel, junto con su padre Manuel Nobel, se dedicaron a observarla y a hacer experimentos. Alfredo llegó a la conclusión de que se podía producir la explosión encerrando aquel espeso líquido en un recipiente de resistentes paredes y prendiéndole fuego a través de un detonante. De este modo se fabricó la espoleta, que es un invento que se usa en industria tanto de la nitroglicerina como de la dinamita.

Tres años más tarde, en 1864, el hermano pequeño de la familia Nobel, Emilio, murió como consecuencia de una explosión debido a los experimentos que estaban realizando. El padre nunca se repondría de tan sensible pérdida.

Probablemente, como consecuencia de este terrible accidente, las autoridades le negaron que siguiese con las investigaciones del explosivo, lo que hizo a Alfredo trasladar su “fábrica” a una enorme barca que estaba anclada en un lago. Quería demostrar que tal explosivo se podría manejar sin ningún riesgo ni peligro.

Al año siguiente del traslado, el gobierno sueco ya empleaba la nitroglicerina para hacer un túnel para une estación de Estocolmo. Empezó así la fabricación de dicho explosivo no sólo en Suecia, sino también en el extranjero.

No obstante, aún hubo accidentes que costaron la vida a muchas personas, antes de la llegada de Alfredo Nobel a Nueva York. Esto lo veremos en una próxima entrega.



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